Alajuelense llega al clásico con la presión al tope y obligado al triunfo

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Un triunfo es lo único que mantendrá a Alajuelense dependiendo de sí misma. Cualquier otro resultado, hoy en la Cueva, y los manudos empezarán a prender velitas y esperar que otro equipo les salve la campaña.

Los erizos lo saben y lo han comentado en estos días. Pero lo mismo dijeron antes de perder en Heredia y en Pérez Zeledón.

La obligación no se ha transformado en resultados para la Liga en esta pesada recta del torneo.

Esta tarde Alajuelense disputará su quinto partido en 15 días, una seguidilla tan exhaustiva como irregular para el equipo.

Los triunfos ante Carmelita y San Carlos no paliaron la mala campaña del campeón, incapaz de encontrar paz en la competitividad de un Verano que ha sido mordaz.

Así llega este domingo. El honor queda en segundo plano en la visita al Saprissa , el archirrival y que también depende del resultado.

La tarea se complica por el ánimo caído que trae el equipo: Pérez Zeledón no solo lo superó, lo humillo. Al final del partido, en el sur los futbolistas manudos arrastraban los pies y esquivaban la mirada esperando el pitazo final.

El discurso de “somos campeones y podemos superar lo que nos venga” se ha agotado a la vez que los resultados no han acompañado el juego ofensivo y vistoso que por momentos ha mostrado la Liga.

La presión ha crecido mucho y podría explotar hoy en Tibás si Saprissa se les va arriba y les complica el encuentro.

De ahí que para Alajuelense lo fundamental es manejar pronto el partido, que su ofensiva se luzca y no perdone oportunidades. Anotar y controlar el juego antes de caer en la necesidad de depender de su porosa y errática defensa.

Peso económico. Más que el orgullo en el Morera Soto peligra la estabilidad del club. Quedar fuera de la segunda fase sería un golpe pesado a la economía rojinegra.

Raúl Pinto, presidente de la Liga, explicó que la rentabilidad de los torneos cortos depende de llegar a semifinales y finales, de forma que se recupere lo invertido en los seis meses.

En caso de que Alajuelense no se clasifique, las pérdidas, solo en taquillas, serían de alrededor de los ¢200 millones.

También peligran los ingresos del partido entre la Liga y Puntarenas, que será dentro de sos semanas y que la Junta Directiva planea llevar al Estadio Nacional para aumentar la recaudación.

“Si ya no estamos peleando por la clasificación ese partido solo lo vamos a ver nosotros y las esposas de los jugadores”. Más claro que como lo puso Pinto imposible.