Cartago. La certeza de los dichos: lo que mal empieza, mal termina.
El semestre acabó ayer para la Liga de la forma más triste que cualquier aficionado a los colores rojinegros podía imaginar: entregando la corona apenas en la etapa de clasificación, después de hacer un partido bastante deficiente.
Sin embargo, fue un cierre merecido y adecuado para un Torneo de Verano 2013 pobre e irregular, caracterizado por muchos empates en casa y derrotas afuera.
Así es difícil pensar en revalidar el cetro de campeón.
La eliminación manuda no puede catalogarse como una sorpresa.
Hasta los propios futbolistas erizos lo saben y lo reconocen.
“Merecemos quedar fuera. No entramos bien a algunos partidos definitivos, tal y como pasó hoy (ayer)”, expresó Cristian Oviedo, uno de los pocos que dio declaraciones luego de firmar el fracaso.
Desde que de forma repentina Óscar Ramírez dejó el cargo solo una semana antes de iniciar el certamen, las cosas no pintaban bien.
La premura de buscar a un nuevo timonel en tiempo récord y luego, al encontrarlo, hacer que el equipo se ajustara a su estilo los pusieron de una vez contra corriente.
Pero eso no era nada. Les faltaban muchas amarguras por vivir.
Tres de ellas fueron los desastrosos primeros tres juegos del equipo, los cuales resultaron en la salida del banquillo del entrenador/gerente Luis Roberto Sibaja.
Desde ahí su campeonato se convirtió en una carrera contra el calendario, pues con cada fecha que pasaba se le agotaba el tiempo para meterse entre los cuatro de arriba, los cuatro que hoy están deseando tomar el trono que abandonaron los alajuelenses.
Posteriormente arribó al banquillo el uruguayo Manuel Keosseián, pero fue hasta la quinta jornada que Alajuelense ganó y al fin se hizo sentir en la tabla.
Empero, ahí mismo comenzó el subibaja que prácticamente le describiría el resto del torneo: un juegazo un día, uno fatal otro; un aluvión en la zona de ataque, un coladero atrás en la zaga.
Conclusión. Por todo esto es que lo de ayer en Cartago solo fue la conclusión lógica para una historia que siempre fue muy transparente, puesto que cada página de la misma siempre dejó muy claro que esta Liga no es la misma de antes.
Tiene lucha y espíritu, pero no tiene el orden y la solidez en todas sus líneas que sí tuvo antes.
Por supuesto, en el discurso erizo solo cabe la primera premisa.
“Es doloroso, pero lo dimos todo. Nos entregamos y estuvimos cerca. Confiábamos que lograríamos avanzar, pero esto son cosas que tiene el futbol”, manifestó el guardameta Patrick Pemberton.
En fin, los manudos se van de vacaciones antes de lo previsto.
Al igual que hace un año, el Verano no les cae muy bien. Lo único “favorable” es que ahora tendrán más tiempo para replantear, planificar y alistar un regreso que les permita lavarse la cara.