Alajuelense debe quitarse lo predecible

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Luego de volar sobre las Águilas, la Liga cayó a la terrenalidad del campeonato local. El mismo equipo que en la Concachampions lució bravo e intrépido, en el Invierno se ve predecible y fácil, muy fácil, de domar.

De un momento a otro, parece que todos en Costa Rica saben como juega Alajuelense y cuál es la receta precisa para detenerlo.

Para explicarlo en palabras del entrenador manudo, Óscar Ramírez, a su conjunto se le agotó pronto la fórmula exitosa.

La Liga, según el mismo Machillo, inició con un “Plan A” (línea de cuatro atrás) que no dio resultados: dos derrotas y dos empates en el arranque.

Pasó al “Plan B” (línea de tres) y levantó vuelo: 13 triunfos y cuatro derrotas, además de la clasificación en el torneo regional.

El problema fue que se gastó la efectividad de ese dichoso plan.

“Para el rival era más fácil estudiarnos a nosotros, que nosotros a los rivales. Yo no podía tener algo más guardado, el esquema era una constante que me daba frutos, por eso se mantuvo.

“Hemos estado mirando y probando cosas, para tener herramientas que en algún momento les podamos sacar provecho”, explicó esta semana Ramírez.

Así fue como, en el segundo tiempo de la derrota ante Herediano, se volvió a la línea de cuatro.

Se mantuvo contra Belén y hubo triunfo, pero sin convencer.

¿Habrá algo nuevo hoy ante Saprissa? Siempre es difícil prever lo que hará Ramírez, pero hoy lo es más. Podría ensayar su nueva idea o guardársela para después.

“Yo tengo una idea, pero aún es muy prematuro y aventurado”, aseveró el siempre críptico Óscar.

La opción “C”. Ramírez estudia un tercer plan, algo que pueda adaptar en poco tiempo y le dé confianza para la segunda fase del Invierno.

A Alajuelense se le complican los partidos cuando le toca proponer el juego.

Es predecible en ataque y cualquier bloque cerrado, con buen contragolpe, se le vuelve un acertijo indescifrable.

Eso es algo terrible para las semifinales y finales, donde es imperativo ganar en casa y saber tomar la batuta de los encuentros.

Es ahí donde se evaluará el semestre manudo, tal como lo explicó Óscar: “Todos los equipos han tenido un buen momento en este torneo; a mí me interesa el final”.

Y ahí es donde se vuelve importante este clásico, que le permitirá a los erizos probarse de cara al cierre, precisamente, contra el que podría ser su rival más adelante.