Ahora todos somos heredianos

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Resulta ahora que todos somos heredianos; este que escribe, el primero, aprovechando haberse declarado “aficionado transferible” ya no recuerdo cuándo.

¿O no? ¿Queda acaso algún moro o cristiano que no se alegre por el equipo florense? ¿Alguien que no se frote las manos con la gran oportunidad rojiamarilla de eliminar al “gigante” del torneo, despedazar los pronósticos y dejar la final de la Concachampions sin equipo mexicano, por primera vez desde que el Mundial de Clubes es el codiciado premio?

Vi a Herediano campeón en mi primer año como periodista deportivo, sin sospechar lo que venía para el Team . Entonces nadie le llamaba Team , un sobrenombre que en su momento me pareció una pendejada (por el anglicismo), pero he logrado asimilar.

Desde aquel Herediano campeón, dirigido por Juan Luis Hernández en el banquillo y Kenneth Paniagua en el mediocampo, los aficionados florenses recibieron más palos que laureles. Golpeados por sus rivales, golpeados por las finales perdidas cuando ya estaban en el bolsillo, golpeados por la contratación de jugadores con más amor al cheque que a la camiseta, golpeados por las temporadas que se iniciaban gloriosas y terminaban trágicas, los rojiamarillos fueron la mofa de saprissistas y liguistas, por tantos años sin título, especialmente los 15. Entonces habrían llenado las redes sociales de “memes”, de no ser porque los tiempos que aún no llegaban jugaron a favor solo en eso.

El equipo con el estadio más grande del mundo, porque nunca lo llenaba -según rezaban las bromas- podría romper hoy marcas si abriera una categoría de aficionado oportunista. Yo me inscribiría. Sospecho que muchos liguistas ya lo hicieron: Herediano confirmó que el verdugo morado no era invencible. Sospecho que muchos morados también lo harán: prefieren a Herediano que a la Liga en un Mundial de Clubes.

Lo del cuadro florense, sin embargo, va más allá de la normal rivalidad casera con infaltable chota; más allá del sinsabor saprissista o de la angustia alajuelense que ojalá se convierta en final tica.

Los heredianos -espero- sabrán acoger a un montón de arrimados que, sin dobles intenciones, creemos que lo suyo tiene tela de uniforme nacional.