A Dios rogando...

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El jugador acaba de ingresar a la cancha en compañía de sus compañeros de equipo, la escuadra rival, los cuerpos técnicos y el cuerpo arbitral, al tiempo que se escuchan las notas demagogas del Himno al Fair Play de la FIFA... La cámara de televisión capta el instante en que este ídolo de la afición se arrodilla, levanta los brazos hacia el cielo, cierra los ojos y parece musitar un rezo, una oración. ¿Qué le estará diciendo a Dios?

Hipótesis No. 1: De corazón se encomienda al Altísimo, le pide que bendiga su desempeño y el del resto del conjunto y que les conceda, como primerísima opción, un triunfo holgado; en caso de que la cosa se complique, un empate honroso, o bien, si son muchas las tortas, una derrota lo más digna posible.

Hipótesis No. 2: Le agradece al Creador la bendición de tener un trabajo bien remunerado —ojalá con los aportes patronales al día— en un ambiente deportivo donde abundan las serruchadas de piso y en un país en donde el Presidente llama a no tenerle miedo al desempleo —banderola en alto para señalar el fuera de juego de la demagogia—.

Hipótesis No. 3: Le suplica al cielo que le repare buena puntería, que la mira con que enfoca esté bien calibrada, que sus disparos no se estrellen contra algún avión, un aficionado que devora una grasosa pieza de pizza o algún fotógrafo de prensa ubicado cerca de donde se cobran los tiros de esquina. “¡Hazme el milagrito de anotar en lugar de irme en puros uuuuuuuuyyyyyyyyyyyyy!”, ruega.

Hipótesis No. 4: “La actuación nuestra de cada día dánosla hoy para engañar al árbitro y los guardalíneas y de paso ganarnos un penal inexistente”. “¡Te lo pedimos, Señor!”, responderán algunos compañeros. La solicitud incluye habilidades histriónicas para simular lesiones y enfriar el partido o provocar que el silbatero pinte de amarillo o rojo a los rivales de turno.

Hipótesis No. 5: Pide que el espíritu del perdón guíe a los jueces de la contienda para que le perdonen los codazos, patadas, planchetazos, zancadillas, ofensas y burlas dirigidas al equipo contrario.

Hipótesis No. 6: “Que me enfoquen las cámaras mientras oro para que todos vean lo santo que soy”.

Hipótesis No. 7: “Que alguna de las rumberitas se enamore de mí”.

Hipótesis No. 8: “Que los periodistas no me hagan las mismas preguntas de siempre”.

Hipótesis...