A Alajuelense se le moja la pólvora en su propia casa

La Liga suma su segundo empate consecutivo en el Alejandro Morera

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Alajuelense no tuvo tino el domingo en el Alejandro Morera Soto ante Belén y luego estuvo a punto de salir derrotado.

El reducto rojinegro dejó de ser garantía de victoria para los locales muy rápido en el torneo, pues el empate a cero ante los belemitas fue la segunda paridad al hilo ahí. La semana pasada, el juego ante Liberia finalizó con marcador 1-1.

La única víctima en ese escenario, en este torneo, ha sido Uruguay en la fecha inaugural.

Lea: Hernán Torres: "Hubo mala entrega de balón y falta de movilidad".

La paridad le sabe más amarga a los manudos porque una victoria los hubiera catapultado a compartir la cima con Santos y Herediano.

Alajuelense intentó encontrar la rendija por todas las vías; lo hizo por los costados, por adentro, con Armando Alonso y Carlos Discua entre las líneas y por la táctica fija.

Sin embargo, Belén fue un equipo ordenado y su arquero Anthony Vargas resultó ser un verdadero muro.

Incluso, la Liga optó por correr riesgos, en busca del gol.

Por eso, en la segunda parte se defendió con el mínimo de piernas. Porfirio López ocupó el centro, Kenner Gutiérrez y Johnny Acosta pasaron a los costados.

Esto provocó varios sustos en contragolpes del rival. De no ser por las malas decisiones del atacante Leonardo Adams, así como por una buena atajada de Patrick Pemberton, el marcador hubiera sido otro, a favor de la visita.

Hernán Torres probó todo su material ofensivo y no hubo resultados. Al final, su equipo se tornó predecible y al cierre del juego, el peligro en el área belemita mermó, a la vez que los aficionados rojinegros suspiraban decepcionados.

Entre tanto, Belén decidió caminar por la senda fácil, resguardarse con una línea de cinco hombres y apostarle a contragolpes con la velocidad de Bryan López y la peligrosidad de Adams.

Los florenses optaron por no competir por la posesión del balón, una de las principales características de los equipos de Manuel Puro Ureña.

La apuesta de más interés para los belemitas era no cargar la derrota, mientras que la victoria sería bien recibida en caso de acertar en una de las fugas o bien, en la táctica fija.

Corregir la falta de efectividad de los manudos se vuelve urgente, por eso, Hernán Torres es enfático cada semana en que se practican horas diarias, pero al momento de llevarlo a escena, el resultado refleja que falta más trabajo.

Mandar en el campo no otorga garantías; por momentos se convierte en un espejismo.

Belén con poco, pero capaz de generar mucha preocupación, tuvo la misma posibilidad de llevarse el juego.