Santos maniató al Peñarol y acaricia el cetro de América

Cero a cero en el estadio Centenario de Montevideo fue un buen negocio santista

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Montevideo. El Santos maniató anoche al Peñarol, lo dejó frustrado y sin ideas, y sacó un valioso empate sin goles del estadio Centenario en el partido de ida de la final de la Copa Libertadores , que deja a los brasileños más cerca del título.

En el inicio, contrariamente a lo esperado incluso por el técnico de Santos, Muricy Ramalho, el Peñarol no salió con el acelerador a fondo a presionar al rival, sino que tomó sus precauciones defensivas y casi que cedió la iniciativa al equipo visitante.

Tuvo incluso el Santos la primera jugada de riesgo cuando Zé Eduardo recibió una habilitación profunda, pero no concretó.

Cuando los visitantes percibieron que los uruguayos parecían sentir la presión del partido y los nervios con sucesión de pases imprecisos, se adueñaron de la pelota en el centro del campo, sobre todo por parte del capitán Elano, e impusieron su ritmo al juego.

El visitante logró maniatar al Peñarol. Adriano siguió por todo el campo al veloz Martinuccio, le cortó su circuito con el goleador Olivera y el equipo uruguayo se quedó sin ideas.

Hasta los más de 55.000 seguidores del Peñarol (hubo unos 5.000 del Santos) parecieron adormecidos por el poco nivel del partido y no alentaron a su equipo como en otras ocasiones.

El juego pasó a disputarse casi exclusivamente en el centro del campo, con las defensas superando los tímidos intentos ofensivos de ambos lados.

Neymar intentó alguna jugada individual, pero la marca escalonada de los aurinegros lo frenó.

En los dos últimos minutos del primer tiempo estuvieron las mayores emociones y fueron a cargo de los defensas del Peñarol Guillermo y Darío Rodríguez.

Ambos quedaron cara a cara con el portero Rafael tras balones devueltos por la defensa del Santos y puestos rápidamente de nuevo en su área.

Sin embargo, el cabezazo de Guillermo fue a las manos del guardameta, y el toque de balón por encima del capitán Darío se fue afuera.

Fueron los mayores sustos para los dirigidos por Ramalho.

El técnico de Peñarol, Diego Aguirre, autor del gol que en 1987 le dio el último título de la Libertadores a su equipo, mandó al campo al cerebral y experimentado Antonio Pacheco y, con su visión de juego, mejoró el nivel del equipo.

En los últimos diez minutos Peñarol, ahora sí impulsado por su público, empujó al Santos contra su valla, buscó el gol con centros, pero sin puntería.

A cinco minutos del final, un remate cruzado de Aguiar fue mandado al fondo de la valla por Diego Alonso, que ingresó poco antes, pero el tanto fue anulado correctamente por fuera de juego. Allí murieron las ilusiones locales.