Quintanilla pasó de ser el ‘salvador’ a la verguenza

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Era el llamado a figurar por El Salvador, pero anoche Eliseo Quintanilla volvió a dejar mucho qué desear en un partido tan importante para su selección.

Durante los 86 minutos que estuvo en el campo, el Cheyo brilló por su ausencia y dejó a su equipo en manos de lo que pudiera lograr el resto de sus compañeros.

No tuvo el balón, sus pases fueron imprecisos y se dedicó a destruir una y otra vez en lugar de construir futbol.

Si hablamos de números, el “10” de la Selecta solo registró 10 pases bien concretados y un remate a puerta (desviado).

Eso es lo único que podemos rescatar del juego de Quintanilla, ya que lo demás sencillamente fue decepcionante.

En el segundo tiempo pidió más el balón, pero este nunca le llegó.

Intentó correr, pero no le alcanzó con las ganas, pues quedó en evidencia que su condición física no era la indicada para guiar a su equipo hacia la victoria.

Conforme pasaban los minutos y el 0 a 1 se hacía gigante, vino entonces la desesperación.

Quintanilla se dedicó al juego brusco y artero. Reclamó airadamente las decisiones arbitrales, entró a destiempo a los balones disputados y mostró algunos destellos de mala intención.

Al minuto 41 del segundo tiempo le llegó la roja, tarjeta que debió recibir mucho antes tras un codazo a Cristian Bolaños, el cual el árbitro no sancionó como debía.

Su expulsión se dio luego de propinar otro codazo, en este caso al defensor Michael Umaña. Y no contento con la falta, agredió a Bryan Oviedo en medio de la trifulca que se armó en el área tica.

Cabizbajo y con el ceño fruncido, Quintanilla abandonó el terreno de juego convertido en villano, pues no logró corresponder a las altas expectativas que su entrenador y la afición habían depositado en él para el partido del todo o nada.