Zúrich (AFP). El mundo del futbol ha recibido con escepticismo la designación de Qatar para organizar el Mundial de 2022, tras la elección realizada hoy en Zúrich por la FIFA, debido a las altas temperaturas, que el país del Golfo quiere combatir con estadios refrigerados.
En junio y julio, las temperaturas en Qatar superan los 45 grados y la pequeña nación de Oriente Medio recurrirá a una tecnología de refrigeración.
“Equipos de expertos internacionales han desarrollado tecnologías y estrategias de refrigeración en espacios abiertos y respetuosas con el medio ambiente, destinadas a estadios, campos de entrenamiento, fan fests y zonas de seguidores”, afirma el folleto de la candidatura.
“Los sistemas refrigeración alimentados completamente por energía solar mantienen en niveles bajos el ambiente medioambiental de carbono del torneo y en niveles altos del grado de confort”, añade el texto.
La primera voz crítica que se ha hecho pública es la del exjugador internacional belga Marc Wilmots.
“Me acuerdo del Mundial de Estados Unidos en el que se nos hizo jugar en Orlando, al medio día, bajo 42 grados a la sombra. Era imposible correr. Será igual en Qatar, se juega con la salud de los jugadores y no se tiene en cuenta el interés de los deportistas”, explicó.
“Me dicen que los estadios estarán climatizados”, agregó, estimando esa solución como “futbol refrigerado”.
Pero los qataríes están convencidos de que pueden combatir el calor con su apuesta tecnológica en sus doce estadios, que en su mayoría serán construidos y luego desmontados para ser donados a países en vías de desarrollo.
“Todos los estadios están orientados y configurados para maximizar las zonas de sombra durante los partidos, de manera que ni el terreno de juego ni las gradas queden expuestos a la radiación solar elevada”, explican en sus textos los responsables de Qatar-2022.
“Las cubiertas de cerramiento están optimizadas para proteger el estadio contra el viento y la infiltración del aire húmedo del exterior”, señala Qatar-2022.
Además de Wilmots, otras voces se muestran escépticas, como la del exfutbolista internacional estadounidense Alexi Lalas, cuyo país fue derrrotado en la votación final de la FIFA. “Si Qatar no puede hacerlo, vendrá derecho a los Estados Unidos”, dijo Lalas.