Para Croacia el sufrimiento se convirtió en algarabía ante Inglaterra

Tres lesiones musculares y una de rodilla fueron el saldo del pase a la final de Rusia 2018, en el cotejo que vencieron en tiempo extra 2 a 1

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Moscú, Rusia. Nunca para un jugador será una buena noticia lesionarse, tampoco después de una dolencia se dibujará una sonrisa en el rostro del afectado... A menos de que el futbolista se esté jugando el pase a la final de la Copa del Mundo. Si esa variante se presenta poco importa salir en brazos de un compañero o cojear durante la celebración con la afición: eso lo pueden reafirmar los futbolistas de Croacia.

El cuadro croata, entregado al máximo, consiguió ante Inglaterra su pase a la final del Mundial pero el costo fue muy caro, más allá de los tres encuentros consecutivos que suma jugando los tiempos extra... El equipo de Ivan Rakitic y Luka Modric terminó con tres tironeados y un jugador con problema de rodilla.

Mario Mandzukic, delantero que anotó el tanto de la victoria, celebró con locura su diana... Y como no, si era el minuto 109; no obstante después de correr y caer encima de un fotógrafo, se levantó con dificultad, casi nadie lo notó, frunció su ceño y comenzó a renquear.

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Mandzukic se tocó cinco veces su pierna izquierda, se sobó la rodilla, pero no aguantó y se tiró al césped del estadio Luzhniki, así pasó una vez pero se levantó, ya a la segunda no soportó más y pidió cambio.

El central del compromiso, el turco Cuneyt Cakir, le pedía al artillero que abandonara con velocidad el encuentro, empero Mario no podía ni correr. Con sus ademanes se notaba que intentaba decirle: ¿Cómo corro si estoy mal...?

Ese fue el ejemplo más claro del sufrimiento croata para luego estallar en júbilo.

Otra víctima fue Ivan Perisic, el atacante figura del duelo pues hizo el empate y puso la asistencia del segundo tanto. Después de cubrir un balón empezó a tocarse el muslo derecho en la parte trasera.

Comenzó a picar para defender a capa y espada la ventaja sobre los ingleses, así le ganó varios duelos a Marcus Rashford, también a Dele Alli, pero cada vez que terminaba de defender su cara reflejaba dolor y su mano volvía a sobar la zona afectada.

Terminado el encuentro, el propio Perisic olvidó su dolencia y corrió a celebrar al marco sur con los 10.000 aficionados que terminaron sin camisa y en medio de una lluvia de cerveza.

Inmediatamente el número 4 entró de nuevo en consciencia, después del éxtasis volvió a llevarse su mano a la pierna y pidió masaje.

Imágenes similares se vivieron con el zaguero izquierdo, Iván Strinic. Iniciando los tiempos suplementarios el defensor tuvo que decirle adiós al cotejo no porque quisiera sino porque sus piernas así lo pedían.

Pero, sin duda el que más sufrió fue Luka Modric.

El volante creativo del Real Madrid arrastraba sus piernas por el terreno, administraba el aire y aprovechaba cada vez que la pelota salía para respirar, estirar los músculos, descansar. Después del minuto 90, Croacia se sostuvo con más fuerza de voluntad que física.

Curiosamente, en ese lapso fue cuando consiguió sentenciar.

Pese a que las piernas de Luka ya no daban y la fatiga fue notoria en sus gestos, sobre todo cuando empezó a acariciarse la parte baja de su pierna derecha, el cerebro croata no dejó de moverse... Lo hacía con lentitud y en recorridos menores que los de todo el tiempo regular, pero nunca se quedó quieto hasta que la misión estuvo cumplida.

Ya con el 2 a 1 en el marcador, Zlatko Dalić, técnico croata, empezó a cuidar a los suyos y así mandó al banquillo a Modric, quien al abandonar el campo simplemente se dejó caer exhausto en el banquillo.

De esta forma se acabó el sufrimiento de Croacia para llegar a su primera final de un Mundial, un sufrimiento que terminó en un momento de inconsciencia porque todos los que tenían una dolencia saltaron para celebrar su pase al último cotejo del Mundial... Aunque a los 10 segundos recobraron la conciencia y la aflicción los volvió a invadir, mas esta vez la felicidad por la proeza lograda le dio alivio al dolor.