Será un escenario complejo para las dos selecciones, producto del buen juego defensivo que tiene Uruguay y el gran desempeño ofensivo de Chile.
El combinado chileno es bastante incómodo por su vértigo en ataque, gracias al juego de Alexis Sánchez y Eduardo Vargas y las sociedades que establecen Mauricio Isla con Eugenio Mena y Jorge Valdívia, quien siempre daña a las espaldas de los centrales, así que será más complicado para los charrúas.
La presión existe para la Roja y sobre ellos recae la responsabilidad por ser anfitriones y por tener la mejor generación, pero estuve con los jugadores hace un par de días y los sentí muy motivados e ilusionados con conseguir algo.