Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar parecen llegar más afinados que Cristiano Ronaldo, Karim Benzema y Gareth Bale al clásico de hoy, a las 2 p. m.
La muestra de ello es que el tridente del Barcelona supera en goles anotados por mes a la ofensiva del Real Madrid .
Desde diciembre, los tres hombres del ataque merengue vienen en una curva de rendimiento descendente, mientras que los culés llegan en ascenso.
Los Tres Tenores, como se les dice en España a Messi, Neymar y Suárez, suman 35 anotaciones desde el último mes del 2014, mientras que la BBC tiene 21.
El resultado es muy llamativo si se tiene en cuenta que el panorama era muy distinto al comienzo de la temporada.
Los ofensivos blancos anotaron 33 dianas en los primeros cuatro meses de Liga; los blaugranas apenas 21.
Pero el pique de ambos tríos va más allá del ámbito liguero.
Al tomar en cuenta los tres certámenes en que participan los dos equipos ( Champions League , torneo local y la Copa del Rey), la delantera del Barça ha roto las redes de los rivales en 82 ocasiones y la de los merengues 72 veces.
Los datos dejan claro que el cuadro barcelonista vive su momento más dulce frente al marco adversario.
Esta diferencia en la red no solo se debe al bajonazo de rendimiento de Cristiano , quien disminuyó su cuota de goleo en los últimos dos meses, sino también a que el aporte de las otras dos figuras no es el mejor.
En cambio, desde finales del 2014 el equipo de Luis Enrique ve a sus tres atacantes marcar al menos un gol cada mes.
El 11 de marzo de 2015 Neymar fue consultado por la prensa española sobre si el grupo de atacantes que él integra es mejor que el del Real Madrid.
La estrella brasileña respondió: “Creo que sí. Messi es el mejor del mundo y Suárez es uno de los mejores. Para mí es un honor jugar junto a ellos”.
Esta tarde sobre la gramilla del Camp Nou de Barcelona se tendrá un nuevo duelo entre las artillerías más temibles a nivel de clubes, y de momento la estadística respalda a la de casa.
Sin embargo, no siempre en el fútbol se impone la lógica ni la historia, y menos en un partido trepidante que paraliza el orbe.