Johannesburgo. Las conferencias de prensa de Diego Armando Maradona son completamente circenses. El 10 sigue siendo tan amigo de la polémica y el show como cuando vestía de pantalón corto.
Ayer montó su numerito luego del partido ante Corea del Sur. Se permitió bromear con los periodistas, estado de humor lógico después de un 4-1, y también aprovechó para disculparse con Platini, pero no con Pelé, por un cruce de declaraciones esta semana.
Lo hizo después de responder las preguntas. Dudó un momento si levantarse o seguir; finalmente sacó un papelito y empezó a leer.
“Nobleza obliga, muchachos. El otro día hablé del señor Platini y me mandó una carta explicando que nunca había dicho lo que ustedes pusieron (') Me disculpo con él, pero no con Pelé”, afirmó para rematar su comparecencia en el cómodo auditorio del Soccer City.
Supuestamente Pelé y Platini criticaron al Diego. El brasileño dijo que aceptó dirigir a Argentina porque necesitaba el trabajo y el dinero. Al francés se le atribuye haber afirmado, con evidente ironía: “Como técnico es buen jugador”.
Maradona les respondió con fuertes sablazos esta semana.
“Yo le pediría a Pelé y Platini que alguna vez miren un poco la pelota, que se dediquen a observarla, si es buena o mala, y que dejen de hablar boludeces de mí. Pelé debería volver al museo y Platini se cree más que todo el mundo”, dijo el jueves.
Ahora da marcha atrás, pero solo con el galo, presidente de la UEFA. Como suele ocurrir en estos casos, le echó la culpa a la prensa, cuando cometió la imprudencia de disparar los cañonazos sin antes verificar la información.
Maradona fue explícito en no disculparse con Pelé, de quien ha estado distanciado siempre.
Le gustan las mujeres. Durante la conferencia de prensa Maradona salió a defender su virilidad. Un periodista le consultó, en inglés, si el “amor” podía ayudarle a ganar el Mundial, en vista de los gestos de cariño con sus jugadores, que incluyen besos en la mejilla. Esto es común entre los varones en Argentina y otros países del Sur.
Quizás le tradujeron mal la pregunta, porque Diego abrió los ojos, puso cara de asustado y sintió la necesidad de aclarar ante decenas de periodistas su orientación.
“Me gustan las mujeres, tengo una novia, Verónica, tiene 31 años y es rubia. No empecemos con eso de quebrar la muñeca”, afirmó mientras hacía un ademán.
Luego explicó que le gusta compartir con sus jugadores, sin látigos ni multas, y con mucho diálogo.
Un periodista argentino le lanzó una curiosa pregunta: dijo que estaba terminando la crónica del partido, pero que le faltaba el título, y le pidió al Diego ayuda.
“Argentina jugó un gran partido y fue implacable”, contestó.
Por su parte, le bajó el tono al error de Martín Demichelis que permitió el tanto coreano. Él fue jugador y sabe que esas cosas pasan. De hecho todavía le pican los pies por jugar: en un momento del partido la pelota le cayó cerca y la bajó de talón. Los 82.000 aficionados en el Soccer City podrán decir que vieron a Maradona parar el balón de taquito en un Mundial.