La Real Sociedad logró su primer punto en la fase de grupos de la Liga de Campeones, pero tiene virtualmente imposible seguir y complicada su continuidad en la repesca de la Liga Europa.
El equipo donostiarra necesitaba el triunfo para intentar mantener un hálito de vida en esta competición, pero cuando el árbitro Nicola Rizzoli marcó el inicio del encuentro fue el Manchester el que buscó el triunfo con mayor convencimiento.
La Real se enredaba en el dispositivo defensivo de David Molles en el centro del campo y sufría con las llegadas del ecuatoriano Antonio Valencia y el japonés Kagawa.
El equipo inglés abusó de su poder de intimidación con constantes faltas sin sanción por parte del colegiado italiano, rudeza que condicionó a los jugadores realistas.