La promesa de Jorge Luis Pinto que duró solo 13 minutos

Antes del juego contra El Salvador, el martes, les dijo a los árbitros costarricenses que tendría un comportamiento correcto en el campo, pero en menos de 15 minutos fue expulsado. Después del partido tuvo un serio roce con un periodista catracho que lo califica de soberbio y prepotente

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Una ligera brisa soplaba en la calurosa San Pedro Sula. El estadio Olímpico Metropolitano poco a poco se pintaba de azul y blanco, los colores de la Honduras de Jorge Luis Pinto que se jugaba la vida ante El Salvador.

En la zona de camerinos, vestido impecable con su traje azul oscuro, Pinto preparaba su discurso final ante el decisivo encuentro que tenía por delante. Los catrachos estaban obligados a ganar para mantener vivas sus opciones de llegar a Rusia y él... su trabajo.

Faltaba poco más de una hora para el comienzo del partido cuando el técnico "firmó" una especie de carta de intenciones: desde la intimidad del vestuario hondureño cuentan que les prometió a los árbitros que se portaría bien todo el partido y que no daría "lata".

Con la sensación de que el temperamental Pinto no sería una molestia en el campo, el joven Ricardo Montero sonó el silbato a las 7:06 p. m. Tan solo 13 minutos después, el juez le estaba enseñando al colombiano el camino al mismo vestuario, donde minutos atrás había prometido que no haría problemas.

Que Montero no pitara lo que él creía era un claro penal a favor de Honduras sacó de sus cabales al entrenador. Primero se fue sobre Wálter Quesada, quien oficiaba de cuarto árbitro, para reclamarle la decisión del central.

Atrás quedaron los 12 minutos de relativa calma que había exhibido el timonel, pues desde que comenzó el juego "se movió de un lado a otro sin tiempo para sentarse. Los nervios lo tenían tenso", contó a La Nación Américo Navarrete, reportero de Televicentro de Honduras y quien estaba a pocos pasos del extécnico de la Sele.

Quesada intentó contener a Pinto, pero en la siguiente jugada el timonel explotó; una falta de un salvadoreño frente al banquillo rival provocó que el cafetero corriera hasta la zona técnica de Ramón Primitivo Maradiaga, a quien previo al cotejo había saludado efusivamente con una amplia sonrisa.

En su intento de increpar a un futbolista salvadoreño, Pinto chocó con el Primitivo, este lo haló del saco y el bochinche tomó forma.

"Cuando vimos, Jorge Luis Pinto estaba en la zona técnica nuestra. Él tiene su manera de ser y así se maneja. Busca elementos para distraer o quitarles la presión a los jugadores o simplemente llamar la atención", explicó Gilberto Yearwood, asistente de Maradiaga y testigo de todo lo acontecido.

"Andá para allá, ese es tu sitio", le dijo Maradiaga sin llegar a un punto máximo de ebullición.

"No se vale, no se vale, era penal", replicaba Pinto con una marcada molestia en su rostro.

Aunque estaba retirado de la bronca, el árbitro Montero atendió la sugerencia de Quesada; Pinto debía salir del campo de inmediato.

"No usó malas palabras, sino más bien reclamó constantemente, Maradiaga es un hombre de carácter fuerte y no creo que habría tolerado ofensas del señor Pinto", añadió Navarrete.

"Él (Pinto) no tiene autocontrol, es frágil en ese aspecto", aseguró Selvin López, comentarista de la emisora HRN y con quien tuvo un serio diferendo en la conferencia de prensa posterior al partido.

Ese fue el segundo momento de alta tensión de Pinto en la noche. El reportero le cuestionó la expulsión y la forma en la que perdió la cabeza en instantes en que sus jugadores lo necesitaban cerca.

"Me preguntó si el árbitro actuó correcto y le dije que sí. De forma irónica me dice, 'ok, señor, yo me equivoqué, cometí un error'. Pensé que estaba siendo sincero y le entregué el micrófono al siguiente periodista, pero cuando estaba de espalda Pinto empezó a decirme unas cosas. Ahí le pedí que me las dijera de frente y que por qué no tenía el valor de decirmelas a la cara.

"Me dijo, 'ya te contesté, esa es la respuesta que querías'", apuntó López.

Aunque la situación pudo descontrolarse, los ánimos bajaron por completo cuando el encargado de prensa de la Selección de Honduras le dio la palabra a otro reportero.

"El asunto no siguió, pero quedó claro que hay periodistas que le tienen miedo a este señor, él siempre con su soberbia, quiso culpar al árbitro por algo que no fue", concluyó López.

La del martes fue la tercera vez que Pinto, con la camiseta de Honduras, deja el campo por reclamar de forma airada decisiones arbitrales, como señala el acta de los jueces ticos.