La estrella merengue es el muro defensivo

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Madrid. Los 16 goles de Cristiano Ronaldo en la Liga de Campeones o el trío que forma el portugués junto a Gareth Bale y Karim Benzema suelen atraer los focos de un equipo que históricamente llega a finales europeas a base de buenos números atacantes, pero que en esta ocasión alcanzó el choque de Milán con una solidez defensiva nunca vista en el club blanco.

Los datos son abrumadores: solo recibió cinco tantos en todos los partidos que ha disputado esta temporada en la máxima competición continental. Es el equipo menos goleado de esta edición, por delante del Atlético de Madrid, Chelsea y Dinamo Kiev (los tres recibieron 7 dianas) , Barcelona (8) Juventus (9) o Bayern (11).

Solo un par de equipos logró perforar la portería del conjunto blanco. Fueron el Shakhtar Donetsk ucraniano en la fase de grupos –marcó tres tantos en un 3-4 final para el Real Madrid–, y el Wolfsburgo, que en la ida de los cuartos de final ganó 2-0 en Alemania.

Muchos son los factores que han influido en esa fortaleza defensiva blanca y uno de ellos tiene un nombre propio: Keylor Navas. El portero costarricense batió muchos récords antes de celebrar su pase a la final tras derrotar este miércoles al Manchester City 1-0.

A Navas solo le han metido un par de goles en el campeonato –los tres del Shakhtar los recibió Kiko Casilla–. Ricardo Rodríguez, de penalti, y Maximilian Arnold, ambos para el Wolfsburgo, tuvieron el honor de batir al Halcón.

Sus actuaciones a lo largo del torneo fueron casi siempre perfectas y, gracias a ellas, el Real Madrid se convirtió en el primer equipo que llega a una final sin recibir goles en su estadio desde que lo consiguiera el Milán en 1993. El Bernabéu se ha mostrado como un fortín inexpugnable. Nadie ha sido capaz de celebrar un gol allí.

Keylor sumó 9 de los 10 partidos que disputó en Liga de Campeones sin recibir un solo gol, pero esas cifras espectaculares tienen unos cimientos defensivos que nacen desde el centro del campo y acaban en el último zaguero. Desde Casemiro, Modric y Kroos hasta la línea de atrás, todos forman parte de la clave de la solidez defensiva blanca.