Arlington, Texas. Pese a encontrarse en un parqueo de varios kilómetros y entre una marejada de personas no fue difícil dar con algunos miembros de la pequeña colonia tica en Arlington.
Ataviados con banderas y camisetas de la Selección unos 30 costarricenses se aglomeraron a las afueras del estadio de los Cowboys, un grupo ameno dominado por el patriotismo que se acostumbra ver cuando se encuentra a un igual lejos de casa.
La gran mayoría eran residentes de la zona, ya conocidos desde hace años por las particularidades del destino que los unió lejos de la añorada Patria.
En el grupo aparecieron desde los fiebres que decidieron emprender el viaje desde Costa Rica hasta los que aprovecharon la visita de la Selección para cambiar de aires (y de estado).
Mayela Morales es uno de esos casos: es oriunda de San Carlos y desde hace 18 años vive en los Estados Unidos con su esposo.
Ella viajó durante 14 horas desde Nuevo México, donde vive.
“Es un viaje largo pero vale la pena, tratamos de aprovechar estas oportunidades”, afirmó.
También apareció uno de esos casos curiosos en el futbol: un matrimonio de rivales donde al final alguno termina por ceder.
Laura Vega llegó a Texas hace 10 años proveniente de Grecia para casarse con José García, un mexicano de Monterrey.
El azteca no tuvo reparo en aseverar ayer que va con Costa Rica aún si tiene al Tri por delante, tanto así que no se iba a quedar en el estadio para verlos ayer.
“Yo soy porteño (Puntarenas), no tengo nada con México”, dijo García entre risas.
Ambos viven en la ciudad de New Beverly, y aseguran que si Costa Rica llega a la semifinal (en Houston), ahí estarán.