El talentoso prospecto que completó la nómina de arqueros de Saprissa en el Mundial de Clubes de 2005 acudirá a su segundo certamen global. Esta vez en una dimensión distinta, como guardapalos del Real Madrid .
Keylor Navas se prepara para otro Mundial, pero antes fue necesario que se enfundara la camiseta blanca para enfrentar al Ludogorets en la Liga de Campeones de Europa.
Un duelo para ratificar su solvencia bajo los tres tubos. Primero con un achique magistral y luego al repeler tres remates de media distancia que traían dinamita.
El juego lo ganó el equipo blanco 4 por 0. Lo suficiente para viajar tranquilo a Marruecos, en donde iniciará su travesía el martes 16 de diciembre, cuando dispute las semifinales del torneo ante el ganador de Cruz Azul de México y Western Sydney Wanderers de Australia.
Gran cambio. El entorno del meta ha dado un giro radical desde aquel episodio en el 2005, cuando reforzó el departamento de arqueros morado, en ese entonces, muy bien cubierto por José Francisco Porras.
La S logró un histórico tercer lugar al derrotar 3 por 2 al Al Ittihad de Arabia Saudí, con Keylor en el banquillo.
“En ese momento ya era un fuera de serie. Era muy joven pero ya tenía que cuidarme porque metía mucha presión en los entrenamientos. Lo recuerdo como una competencia fuerte para mí”, aseguró Porras.
Por eso, al exportero no le sorprende que Navas le luche el puesto a un histórico del arco merengue como Iker Casillas.
Ayer, Navas se elevó para contener un potente disparo de Espinho con su brazo derecho y así mantener el cero, en el torneo europeo de más alto calibre.
Lo suficiente para demostrarle a Carlo Ancelotti que posee la calidad para tener minutos en el Mundial de Clubes.
El joven meta que daba sus primeros pasos hace nueve años, llegará con un estatus muy distinto a Marruecos, pero con una objetivo en común: tener minutos.
“Él tenía esa ilusió n del jugador que está empezando en el fútbol”, recuerda su excompañero Fausto González.
Un nuevo reto para Navas.