Ocho años atrás, el pueblo de Alemania conoció a Jurgen Kloop por los análisis técnicos que realizó en televisión durante los partidos de su selección.
Los hizo en la cadena ZDR, que emite en señal abierta, ayudado por una serie de elementos gráficos y tecnológicos que facilitaban la comprensión del televidente.
Su carácter pedagógico y carisma en el Mundial del 2006 le valieron el premio al mejor programa deportivo de ese año, en la entrega anual que se hace en el país teutón.
Hoy, el pueblo de Alemania conoce a Jurgen Kloop por ser el estratega que desarrolló en el Borussia Dortmund un estilo de juego alegre.
Uno que le dio como réditos dos títulos de liga, uno de copa y que ahora lo tiene instalado en la final de la Liga de Campeones.
Al margen de su palmarés, el mayor mérito de Kloop fue obtener dichos logros con una planilla joven, quienes entre todos, reciben un salario que es la tercera parte del que desembolsan Real Madrid y Barcelona.
Emoción. Para este técnico de 45 años, en el futbol hay un valor más allá del resultado, el cual, esculpió su filosofía durante las 12 temporadas que lleva en esta profesión.
Es la emoción. Esa que hace que miles de hinchas se congreguen en un estadio para ver a su equipo, sin importar si gana o pierde.
Por eso, le exige a sus dirigidos que vayan “a todo gas” en cada partido. Todo sea por la afición.
“Si 80.000 personas vienen cada dos semanas al estadio y en el campo se juega un futbol aburrido, una de las dos partes tendrá que buscarse un nuevo estadio”, dijo en febrero pasado, en entrevista con el diario español El País .
Kloop considera que un equipo no está obligado a vencer siempre, pues sería como jugar tenis contra una niña de tres años, sin piedad.
Una contemplación que no tuvo ante el Bayern de Múnich en los últimos tres años, y que espera no tener el próximo 25 de mayo. Si gana, de seguro, nadie recordará que fue comentarista de televisión.