Guardiola nunca falló en una final

El técnico del Barça ya disputó seis juegos de este tipo en su carrera de tres años

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Madrid. Cuando llega al fin del trayecto Josep Guardiola nunca falló como entrenador.

En su expediente figuran seis triunfos en otras tantas finales, aunque en la próxima, en la Copa del Rey, por primera vez se enfrentará con José Mourinho (con 17 finales y cinco fracasos) .

El encuentro decisivo del torneo de Copa de España (que se disputa mañana a la 1:30 p. m. hora de Costa Rica) alumbra la primera final Pep-Mou, dos de los mejores estrategas del futbol europeo.

Guardiola ganó todas en dos años, hasta alcanzar seis consecutivas. La Copa del Rey y la Liga de Campeones en solo dos semanas, en mayo de 2009, abrieron el expediente inmaculado del actual preparador del Barcelona.

El currículo del portugués Mourinho es, sin embargo, más extenso que el de Guardiola.

El técnico lusitano perdió su última final en agosto de 2009, en la Supercopa italiana disputada en Pekín entre su equipo, el Inter de Milán, y Lazio.

Mourinho vivió 17 finales con tres equipos distintos: (Oporto, Chelsea e Inter de Milán) .

Con el Oporto, perdió dos, ante Benfica y Milán; sufrió dos derrotas más con el Chelsea (Liverpool y Manchester United) y una última con el Inter de Milán (Lazio) .

Con el Real Madrid jugará su decimoctava final.

Con ello, cumplirá ocho años desde que conquistara su primer juego decisivo, entonces desde el banquillo del Oporto: el 21 de mayo de 2003 ganó al Celtic de Glasgow en la Copa de la UEFA (3-2).

Dos estilos. Guardiola explota la cara dulce del futbol y eso no tiene fecha de caducidad. Es el barítono de una sinfonía armónica. Lidera un equipo que ondea la bandera del toque y el espectáculo.

Ante el apogeo del Barcelona irrumpió en el escenario una figura que genera nerviosismo en la Ciudad Condal. El único que fue capaz de frenar al conjunto azulgrana e impedir su hegemonía en Europa.

Llegó a la Casa Blanca como el salvador: José Mourinho , la gran apuesta de Florentino Pérez.

El cambio de rumbo de un club que se entrega a la figura del entrenador. Crea un proyecto en torno a él y acepta cada una de sus decisiones, por polémicas que seas.

La hinchada blanca no discute a Mou que cambió el Real Madrid de los últimos años, un estilo que lejos de provocar la queja del sabio aficionado del Santiago Bernabéu, tiene una buena acogida.