Los seguidores del F. C. Barcelona en el país disfrutaron a lo lejos la victoria de Messi y compañía, que en Londres humillaron 3-1 al Manchester United.
Hinchas de todas las edades brincaron y cantaron con banderas y bufandas cada uno de los goles.
Los aficionados al equipo inglés se podían contar con los dedos de tan solo una mano.
Minutos previos al encuentro esta minoría se reunió en el restaurante Río, en San Pedro de Montes de Oca, y si bien sabían que era difícil derrotar a la once na de Guardiola, no lo veían imposible. Los blaugranas se mostraron confiados de la contundencia de su equipo.
El momento esperado llegó. Las mesas repletas de grupos de amigos y familias pusieron a los meseros a correr.
En los primeros minutos solo el audio del narrador del partido se escuchó. Cervezas, refrescos gaseosos, comida y cigarros calmaban la ansiedad de los presentes.
La cordura duró solo 27 minutos. Después del gol de Pedro el recinto se convirtió en manicomio.
El himno del Barcelona se entono en el restaurante al mismo tiempo que ondeaban banderas del equipo y se España.
Siete minutos después, solo tres celebraron y decenas silbaron el empate de Rooney.
La algarabía volvió con las anotaciones de Messi y David Villa.
Mario Zaragoza, español de 88 años de edad y quien hoy cumple 51 de vivir en el país, dijo que la victoria es justa, por el rendimiento mostrado en todo el año.
Geovanny Blanco, de Paraíso de Cartago, fue el único vestido con la camisa del Manchester y dijo que con solo correr detrás de una bola es difícil ganar. “Ellos no prestaron la bola y fuimos incapaces en la marca, así es difícil”, concluyó.