En medio de lo que pareciera más un proceso de autodestrucción que de acomodo, el Real Madrid iniciará este martes su defensa de la Liga de Campeones de Europa con un partido ante el F. C. Basilea suizo, un estreno donde el nombre de Keylor Navas de momento no aparece por ninguna parte.
Esperanzado con la promesa de la rotación y apoyado desde la grada por la crítica que le ha llovido a raudales a Iker Casillas, el portero tico cifraba en la máxima competición europea la oportunidad de meterse a una lucha en la que hasta ahora no sumó.
Sin embargo, las palabras de Carlo Ancelotti en la previa dejaron muy poco margen para esa posibilidad, primero con su apoyo total a Casillas y luego con un guiño a la titular que perdió el derbi madrileño el domingo, aduciendo que más que nombres el cambio que quiere es de actitud.
“Cuando en Anoeta dije que había que cambiar cosas me refería a actitud, no a cambio de jugadores. El problema es claro, nuestro nivel de fútbol es mejor que el del año pasado, pero nos falta continuidad”, aseguró el técnico italiano en una rueda de prensa.
Ancelotti, además, dejó claro que no alimentará más la polémica que existe en la portería del Real Madrid, y que, por lo tanto, no hablará más de los guardametas en lo que resta de la temporada.
“El debate para mí está cerrado. Yo quiero ser claro, en el equipo no existe debate de la portería y no lo voy a alimentar, esta temporada nunca hablaré de los porteros. Casillas tiene experiencia y carácter, conoce esta situación y lo va a arreglar sin problemas”, añadió.
Encrucijada. Con solo tres puntos de nueve disputados en la liga y el título de la supercopa española en manos del Atlético, el Real Madrid llega con más dudas que aciertos a esta edición de la Champions .
Sin Xabi Alonso ni Ángel di María (ambos desechados por la directiva) el proceso de Ancelotti empezó a flaquear demasiado pronto, mucho antes de lo que se hubiera vaticinado para un equipo con una planilla de ese calibre.
Por eso, un sector cada vez más numeroso de la afición blanca pide a gritos intervención, cambios que en primera instancia ponen a Keylor Navas arriba de Iker Casillas.
El gran problema para el italiano es que sacarlo podría interpretarse como un castigo por la culpa que el portero español ya aceptó tras el derbi, razones que el timonel insiste en repartir entre otros.
De ahí que, aún si el tico estaba en los planes originales para la Liga de Campeones, atentar contra una institución blanca como lo es Casillas no resulta nada fácil, menos cuando su rentabilidad sigue estando en entredicho.
Mientras tanto, Navas deberá seguir luchando desde el banquillo; un lugar donde, para mucha afición y prensa, están las respuestas que busca el dueño de la décima.