Costa Rica pasó penurias para vencer a El Salvador

La Tricolor ofreció un nuevo partido para el olvido en su visita a Ciudad Quesada

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Ciudad Quesada. La Selección Nacional ofreció anoche una nueva presentación para el olvido en su sufrida victoria 2-1 ante el modesto combinado de El Salvador.

La Tricolor, que por primera vez en su historia jugaba en el Carlos Ugalde de Ciudad Quesada, fue víctima de su propia inoperancia ante un rival con menos bagaje y futbol, pero que encontró la fórmula para, con poco, complicar el accionar de los ticos.

La Sele tuvo en sus manos la oportunidad de despedir al técnico interino Rónald González por la puerta grande, pero Michael Barrantes y Yosimar Arias se encargaron de fallar sendas opciones de penal en el encuentro.

Costa Rica arrancó en la primera parte con un ritmo avasallador, lo dispar de su velocidad con respecto al rival le ofreció la que fue su mejor y prácticamente única arma a lo largo de todo el cotejo en la ciudad norteña.

González aprovechó un duelo que en el papel se vislumbraba más que accesible para darle minutos a dos nuevas figuras: José Sánchez y Víctor Bolívar.

El primero fue por mucho la más exitosa de las pruebas de la Tricolor en suelo norteño, el herediano echó mano de su velocidad y habilidad para convertirse en el dolor de cabeza de los salvadoreños por la banda izquierda, aunque su gran lunar fue el accionar egoísta propio de la juventud.

De su presión de hecho llegó la primera y única anotación de la primera mitad, producto también de un garrafal error del defensa cuscatleco Manuel Salazar, quien dejó sin dueño el balón frente a su propia área.

En la segunda parte el técnico Rugamas se apresuró a mover sus fichas e ingresó al terreno el delantero Rafael Burgos.

Este le cambió la cara al hasta entonces indefenso equipo cuscatleco, casi de inmediato estrelló un balón en el vertical izquierdo de Bolívar y al 54’ puso la paridad merced a un descuido de los deficitarios centrales ticos Gabriel Badilla y Giancarlo Solórzano.

El ariete salvadoreño puso así fin a una racha de 19 años de que El Salvador no anotaba en Costa Rica, la última vez había sido en 1991 cuando Raúl Díaz puso la honra en la victoria 7-1 de los locales.

A partir de ahí los visitantes se sintieron más cómodos, empezaron a controlar las acciones pero el partido no hizo más que tornarse aburrido, el público empezó a abuchear la raquítica presentación de una Costa Rica que sin duda estaba obligada a ganar.

Los minutos transcurrieron y cuando el partido jugaba sus últimos trances, aparecieron las piernas de Josué Martínez para salvar la noche y silenciar el chiflido.

El delantero, quien llegó de relevo, aprovechó un balón en el área para salvar a la Selección del empate, pero que apenas si maquilló la imagen de un conjunto que sin duda necesita mucho trabajo.