El Liverpool tuvo todo en sus manos para herir de muerte a la Roma y ponerle sentencia a la semifinal de Champions, pero después de ir ganando 5-0 permitió dos goles para un definitivo 5-2.
De igual forma es una ventaja amplia y cómoda; sin embargo, el pasado reciente de los italianos hace que se les vea diferente.
Para llegar a esta instancia la Roma se levantó de un 4-1 en la ida ante el Barcelona, la goleó 3-0 en casa y la eliminó. Un resultado sorpresivo desde cualquier punto de vista.
Por esa razón, lo mejor para el Liverpool era 'matar' de una vez a su rival y no dejar la historia con puntos suspensivos.
Ahora la sentencia deberá esperar hasta el 2 de mayo en el Olímpico de Roma.
Los Reds estuvieron con un cómodo 5-0 hasta el tramo final del juego, cuando llegaron los goles visitantes, en los minutos 81 y 85.
Antes de eso el cotejo estuvo volcado de un solo lado. La Roma no fue ni la sombra del equipo que remontó al Barcelona.
Los de casa manejaron a placer y guiados por la magia de Mohamed Salah inclinaron la balanza muy rápido.
El astro egipcio, elegido el domingo mejor jugador de la actual liga inglesa, concretó un doblete al 36' y 45'+1. No los celebró por respeto a su exequipo.
En la segunda mitad, Salah pasó de anotar a servir las asistencias. El senegalés Sadio Mané (56') recibió el primer pase en boca de arco y después fue Firmino, en el 61'.
El mismo Firmino hizo el quinto tras un cabezazo en un saque de esquina, en el 69'.
La Roma reaccionó tarde, también porque el Liverpool se lo permitió y con goles de Edin Dzeko y Diego Perotti dejaron el marcador en 5-2.
Hay una esperanza, lo dice su última serie, aunque hacerlo dos veces sería casi un milagro.
Por suparte, el Liverpool tiene más de cerca el regreso a la final de la Champions, 11 años después de la que perdió con el Milan de Kaká en 2007.