Billetes de 100 billones de dólares, el souvenir del Mundial

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Johannesburgo (DPA). Los hinchas que llegaron a Sudáfrica por el Mundial de fútbol descubrieron estos días un artículo exótico para llevarse a casa de recuerdo: un billete de 100 billones de dólares del vecino Zimbabwe.

El país gobernado por Robert Mugabe está inmerso en una fuerte crisis económica. Hasta principios de 2009 la hiperinflación obligó a las autoridades del país a imprimir billetes por un valor sideral: 100 billones de dólares zimbabuenses.

"Hay muchísimos interesados. Los visitantes extranjeros que buscan un souvenir están enloquecidos con estos billetes", declaró una vendedora en el mercado de pulgas de Rooftop, en Johannesburgo, uno de los más grandes en el país anfitrión del Mundial.

La mujer vende paquetes de cuatro billetes (4 billones) por 120 rands sudafricanos, unos 13 euros o 15 dólares estadounidenses. Un turista mexicano compró una docena.

"No pesan nada y no tengo que hacerme problemas por el sobrepeso en el aeropuerto. Además son bonitos", cuenta el visitante y añade que subastará un paquete por Internet.

Por la tarde, y tras varias horas de intensa demanda, el preciado souvenir registra un incremento en su precio. Ahora, un solo billete de "100 billones" cuesta 200 rands, unos 22 euros (26 dólares).

Los billetes dejaron hace tiempo de ser moneda de pago, pero su valor de colección va en aumento.

El gobierno de coalición de Mugabe y su exrival Morgan Tsvangirai permitió el dólar estadounidense y el rand sudafricano como medios de pago. Hasta hace poco, el Estado registró un "récord mundial" de inflación. Cien billones de dólares zimbabuenses alcanzaban para apenas medio kilo de pan.

El banco central de Zimbabwe fue anulando ceros con el tiempo, pero no logró parar la inflación.

Otra empresa, que se especializó en los turistas que viajaron al Mundial 2010, vende el "Ayoba-Man": un muñeco de madera de hasta dos metros que viste la camiseta del equipo preferido del cliente.

"Vendemos entre 30 y 50 por día", señala el cajero Sibongile Dlamini.

Los hábiles comerciantes aprendieron la lección del pasado, cuando los turistas solían llevarse de Sudáfrica uno de los recuerdos más preciados: la jirafa de madera de más de dos metros, pero que por su gran tamaño no podía ser llevado como equipaje de mano.

El "Ayoba-Man", que significa fantástico o genial, se vende por ello en un tamaño más compacto, y además se puede plegar en tres partes, de manera que entra cómodamente en una maleta.