Fabián Coito habla sobre Alajuelense y revela qué dijo a los jugadores

Fabián Coito conversó con ‘La Nación’ sobre lo que fue su paso por Alajuelense, se marcha con el pendiente de haber tenido la opción de una revancha con un tiempo mayor para prepararse

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Dos tazas con café humeante en una mesa de un restaurante en San Rafael de Alajuela. La conversación con el técnico uruguayo Fabián Coito inició a las 3 p. m. del sábado y se extendió por dos horas.

Su salida de Alajuelense se produjo sin polémica alguna, recalca el suramericano. Aunque fue una decisión que no la comparte, como hombre de fútbol tiene claro que cuando los resultados no llegan para un equipo de la tradición y la grandeza de Alajuelense, la primera cabeza que puede rodar es la del técnico.

Su estancia en Alajuela solo duró tres meses. “Y todo fue tan atropellado que llegué un sábado y ya el miércoles estaba dirigiendo. En casi 90 días se jugaron 28 partidos, una locura, pero tenía claro a qué venía”, dice el técnico.

-¿Tenía claro el entorno que cobija a Alajuelense?

– Desde el 2006 al 2019 trabajé en selecciones y ahora tenía el deseo de trabajar en clubes. Claro que sabía sobre Alajuelense, un club grande de Centroamérica en el que ya yo le daba seguimiento por los seleccionados que tenía Honduras aquí.

Llegué con mucha ilusión, también otros uruguayos pasaron por acá y para mí era un desafío muy lindo, desde un primer momento me interesó.Costa Rica tiene un buen fútbol, no es casualidad que tenga participaciones seguidas en los mundiales.

- ¿Pero sobre la vorágine que existe alrededor del equipo ante la ausencia de resultados?

– Me informé de los jugadores, de su historia. Agustín Lleida me comentó del pasado inmediato y que la filosofía del club era abastecer al primer equipo con jugadores jóvenes y eso a mí me ilusionó porque es algo afín a lo que yo he hecho.

Fue un paso gratificante para mí, porque aunque no haya logrado los títulos propuestos, compartí con un gran grupo de profesionales. Lo que viví acá fue mucho más intenso de lo que imaginé.

- ¿Cuál es la referencia que se lleva de la afición manuda?

– La afición es digna de un club grande. Una hinchada que quiere y exige títulos. La verdad, una afición muy buena en cuanto al ambiente que le ponen a los juegos. Lo que no entiendo es cómo la gente no se da cuenta que los más interesados en lograr los resultados somos los que estamos ahí. Lo han intentado, lo hemos intentado y lo intentará el que venga.

- Ya todo pasó hace unos días, ¿por qué cree que no se lograron las metas trazadas?

– No se ha podido por virtud del rival, en algún momento por infortunios o situaciones del juego. Hay algo que en determinado momento juega en las emociones de las personas, de los futbolistas y todo influye.

- Le interpreto que esas emociones derivan en aspectos sicológicos que el club debería prestarle más atención.

– Todo juega, todo influye…

- En la noche en la que Alajuelense pierde la final ante el Olimpia, ¿es cierto que se despide del plantel? La información que tengo es que eso no sucedió.

– No, yo nunca me despedí. Yo durante la última semana les decía que ante Olimpia sería el último juego que tendríamos todos juntos como equipo. Por ejemplo, el retiro de Bryan Ruiz ya era una decisión tomada por él. Además, como es natural, al final de cada temporada hay cambios. Entonces, cuando terminó el juego yo les agradecí el esfuerzo, porque nadie puede decir que no se jugó bien en esa final, no la ganamos por un gol desafortunado. Yo sabía que sería el último juego para algunos, ya salieron dos que ya no están, por ejemplo.

Nunca fue un adiós anticipado. Nunca.

- Pero tenía claro que el hilo que sostenía su continuidad se podría romper…

– Sí, siempre es una posibilidad muy recurrente en el fútbol.

Ayer (este viernes) me despedí de todos en el centro de alto rendimiento, en especial con los jugadores porque estoy feliz de conocerlos y les decía que he tenido la suerte de ganar con la Selección de Uruguay torneos suramericanos, Juegos Panamericanos, haber llegado a finales del mundo. Además, de Juegos Olímpicos con Honduras y todos los logros fueron después de intentarlo muchas veces. ¿Pero cuál fue la diferencia? Tener claro que estamos cerca de lograrlo y ellos lo están. Habrá que ajustar cosas, pero muy lejos no están.

– ¿Cree que el ambiente alrededor del club termina permeando a los jugadores en la hora donde se tiene que dar el paso al frente para lograr los resultados?

- Alrededor se crea un ambiente de que en La Liga no sirve nada y eso no lo comparto. Ayer (el viernes anterior) se los dije: crean en ustedes, están muy cerca de lograrlo. Hay muchas cosas que están bien y otras que retocar. Como pasa muchas veces en el fútbol, las cosas se rompen por el entrenador, pero no siempre es el responsable directo. Son decisiones de la directiva y yo las acepto.

– Cuando dice lo acepto interpreto que hay una salida en buenos términos aunque discrepa.

- Sí, pero discrepo. Hay historias de técnicos exitosos que lo intentaron luego de no ganar y su carrera ha sido buena. No sé qué tan probable era salir campeones en medio de tres meses y un calendario tremendamente apretado, pero lo intentamos y creo que en términos generales logramos competir. En el torneo nacional perdimos contra el campeón en una serie disputada, en la que tuvimos que manejar las cosas con apenas 72 horas de diferencia luego de haber disputado un partido complicado en Honduras. Ante Olimpia, perdimos por un gol que fue una fatalidad. Llegó un gol que no se veía por ningún lado y llegó, es el fútbol.

Yo desde lo personal les deseo lo mejor y seré un liguista más para siempre. No pretendo cambiar la perspectiva de nadie, lo que pasó yo lo acepto.

Yo me siento en deuda con una afición maravillosa. Pero los jugadores también lo están. Tengo la mala suerte de no tener una revancha para agradecerle a todos.

-- Usted mencionó que tuvo un calendario atropellado, pero a nivel de selecciones se juega así, partidos de manera muy seguida...

- En selecciones es lo mismo, pero hay una diferencia: se juega de manera atropellada pero usted se planifica para eso, hay una preparación previa.

– ¿Cómo ve a Alajuelense en sus ligas menores?

- La Liga trabaja bien. Tiene un plan de entrenamiento, una metodología. Lo que yo veo pobre acá, en el país en general, es la competencia en las juveniles. Debería ser más competitivo, más exigente. Por ejemplo, ayer (el viernes) jugó Dorian Rodríguez y viene de jugar una final de Liga Concacaf. Para mí gusto, ya es un jugador de Primera División, no debería jugar más una categoría inferior.

Los resultados deportivos nos envuelven cosas que están bien en un papel que hace verlo mal, pero La Liga lo hace bien en inferiores.

– En el colectivo del aficionado está el gran aporte de Cavani o Suárez, pero todos los recordamos por sus pasos en el fútbol europeo, no en Suramérica. ¿Cómo hace Uruguay para exportar jugadores tan jóvenes?

- Los clubes europeos están en busca de jugadores cada vez más jóvenes. Esto es una de las cosas que yo hablaba en Honduras, allá se considera joven a un jugador de 20 o 21 años. La franja de edades a nivel mundial ya no es esa, es más joven y uno debe adecuarse a eso.

En Uruguay, cada vez más jóvenes salen hacia Europa para cumplir su última etapa de formación allá. En inferiores, en ocasiones el resultado deforma lo que se hace. Porque algunos creen que con ganar se cumple todo, en ocasiones ganar nos puede tapar cosas que hay que mejorar. En la Primera División sí es vital ganar, pero en inferiores no lo veo así. El éxito en inferiores es relativo y puede ser engañoso.

Y para responder a su pregunta, eso se logra por lo competitivos que son los campeonatos en inferiores.

– ¿Cuáles son sus consejos para los jóvenes a los que les dio oportunidad en Alajuelense?

- Alajuelense tiene buena juventud, aunque en el fútbol no hay verdades absolutas, yo sí creo que tienen material. Pero ojo, soy creyente de que lo que llega regalado no se valora. Yo nunca le he regalado nada a nadie porque lo que no se valora no se cuida. Esto, para un joven es un discurso antipático, pero es lo que pienso. Alrededor de los jóvenes, a nivel tico y mundial, hay un mundo alrededor que los puede afectar. Familiares, representantes que les llenan la cabeza de cosas. Pero soy creyente de que en el fútbol hay que demostrar.

Una vez hice una charla improvisada, llamé al Pipo y a Celso y los junté con unos seis muchachos y entablamos una charla. Eso es importante, porque son jugadores que lograron cosas y hoy lo hacen bien, son referentes. Eso es necesario.

A Federico Valverde lo tuve en la Sub-20 y en el Mundial de Corea fuimos subcampeones, fue balón de plata porque no ganamos, pero de lo contrario, era el mejor jugador del torneo. Los humanos somos animales de costumbres. Usamos lo que necesitamos, y el jugador por lo general, cuando lo gana todo, empieza a conformarse. Él tuvo la capacidad de sobreponerse a las dificultades. Lo hablé con Celso, fueron compañeros en La Coruña, y este chico se dio cuenta de que ahí no le alcanzaba con el decir de la gente que era un fenómeno y luchó más. Hoy está en el top del fútbol. Tuvo resiliencia.