¿Qué representa para Limón el haber clasificado a la segunda ronda del torneo de Invierno 2012?
Es un logro para una institución que trata de hacer bien las cosas. Es un hecho histórico. El techo del futbol de Limón fue en 1981, cuando se alcanzó el subcampeonato nacional (el monarca fue Herediano) y ahora estamos, de nuevo en una ronda final con el nuevo formato, algo que nunca se había logrado.
¿Por qué jugarán en el Estadio Nacional como estadio casa?
La idea es trasladarnos al Estadio Nacional en busca de dos objetivos: crecer en lo deportivo, pues estamos a dos juegos de alcanzar el máximo logro del equipo (ser subcampeón) y a cuatro de superarlo (ser campeón), con lo que las puertas se nos podrían abrir de par en par para volar más lejos.
En lo económico, ¿cuánto esperan recaudar en el Nacional?
Algo similar al último partido, que usamos ese estadio como casa para enfrentar a Alajuelense. Claro, ojalá logremos superar lo que hicimos en esa ocasión, dado que este juego tendrá otros ingredientes por ser una instancia final.
¿De cuánto hablamos?
Creo que fueron más de 22.000 aficionados los que asistieron.
¿Y en dinero?
No me acuerdo con exactitud, pero me parece que en esa oportunidad hicimos ¢100 millones.
¿Qué tanto aliviaría la crisis que vive el equipo con ese dinero?
El actual Limón tiene cuatro año y la detención de nuestro presidente (Carlos Pascall) fue hace un año y con todo eso hemos logrado mantener a flote el barco. El objetivo que nos hemos planteado con ese dinero es, por lo menos, saldar el pasivo que tenemos con los jugadores para comenzar el próximo torneo sin deudas con ellos
¿Dan ventaja deportiva al jugar en el Nacional?
Si me hubiera preguntado eso el año pasado, hubiera dicho que sí, pero ahora las condiciones son otros. Hoy se ha visto que el factor casa no es tan determinante, pues todos los equipos hemos dejado puntos en el estadio sede.
¿A qué recurrir para paliar el jugar en un estadio ajeno?
El director técnico (Luis Fernando Fallas) ha logrado implementar un estilo de juego que le ha caído como anillo al dedo a nuestros jugadores, pues a la naturaleza alegre del futbol limonense el entrenador le ha unido el aspecto mental, de concentración, equilibrio y orden, lo cual ha redundado que en los 10 juegos que hemos realizado afuera, hemos jugado muy bien.
¿Es la salvación para Limón el haber clasificado a semifinales?
No, digamos que es una ayuda, pues la institución debe continuar, sea como sea. Si no hubiéramos clasificado, igual tuviéramos que prepararnos para el próximo torneo. Limón es un proyecto que va más allá de haber clasificado. Los muchachos de la Primera División dan el do de pecho, pero atrás viene una cantidad interesante de jugadores que están empujando hacia adelante y debemos cimentar las bases para que ellos, algún día, puedan igualar o superar lo que hacen los que están hoy en el primer equipo.