España escribe una era de leyenda

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Kiev, Ucrania. La selección española de Vicente del Bosque inscribió con brillantez su nombre entre las grandes leyendas del futbol, al convertirse en la primera de la historia que consigue la triple corona, tras derrotar a una Italia valiente con la mayor goleada en una final (4-0).

España marca el ritmo del futbol mundial. Es la referencia actual. Y exhibe un estilo con el que se cuela entre equipos legendarios como la Hungría de Puskas, el Brasil de Pelé, la Alemania de Beckenbauer, la Holanda de Cruyff, la Italia de Paolo Rossi, la Argentina de Maradona y la Francia de Zidane.

Era una final justa. Italia reconstruida por Cesare Prandelli. Del catenaccio a la belleza del buen gusto que marca Pirlo. No lo pudo mostrar ante un rival que le ganó por primera vez desde los Juegos Olímpicos de Amberes.

Italia renunció al plan con el que inició el campeonato, tres centrales y dos carrileros de largo recorrido, y le costó caro.

Xavi no estuvo a su nivel en la copa pero apareció en la final pues dio salida a los mejores minutos de España. Triangulaciones de ensueño con un ritmo intenso. Toques y cambios de juego que rebajaron la intensidad de la presión del rival.

Con los olés en la grada aparece Iniesta para cambiar el rumbo. Controla el balón, caracolea y mete una velocidad más para desequilibrar. Dibuja una jugada en su mente y la plasma con precisión. Al desmarque al espacio de Cesc que mantiene la calma y asiste a la llegada de Silva para el testarazo a la red del más bajito del equipo.

Cuarto de hora y España ya ganaba y manejaría la final ante una Italia que se veía por detrás del marcador por primera vez en toda la Eurocopa y que reaccionó con orgullo de tetracampeón del mundo.

Estocada. Italia fue adueñándose del balón y mascó la impotencia. El castigo a su adelanto de metros se lo dio Jordi Alba. Con la velocidad de un atleta de 100 metros, al pase de Xavi y definiendo a la perfección a la salida de Buffon.

Del Bosque les prohibió bajar los brazos, menos ante Italia, que arrancó tirando del orgullo pero acabó llorando su mala suerte.

Al 21’ se lesionó Chiellini. En el descanso entró Di Natale por Cassano, que cabeceó la primera que tocó para rozar el larguero y hacer lucir a Casillas en un mano a mano para situar el nombre del portero como candidato al Balón de Oro.

Prandelli agotó los cambios a los 56 minutos con la entrada de Motta. que aguantó sobre el césped 240 segundos y dejó a Italia con diez.

Los cambios de Del Bosque aumentaron la intensidad. Llegó Fernando Torres y marcó para terminar como máximo goleador tras asistir a Mata en el cuarto gol. Era el broche para un grupo de jugadores que tocaron el cielo de Kiev.

La herencia de Luis Aragonés la convirtió Del Bosque en leyenda.