Los dos jugadores boricuas que disputaron ayer el Super Bowl, Aaron Hernández y Víctor Cruz, bailaron salsa después de concretar cada uno una recepción de touchdown.
Es la primera vez que hay dos representantes de ascendencia hispana en la gran fiesta.
Hernández, de los Patriotas de Nueva Inglaterra, fue el más destacado pero el que más sufrió al final con la derrota ante los Gigantes de Nueva York.
Chico capturó ocho pases, uno para anotación, para sumar 67 yardas a su causa. Fue el destino favorito de Tom Brady y el de más yardas en su equipo.
Cruz, quien ha sido destacado durante la temporada como un ejemplo de superación por su niñez con un padre agresor y por que llegó como jugador de desecho a Nueva York, estuvo muy amarrado por los defensivos ayer y apenas pudo capturar cuatro pases para 25 yardas.
Sin embargo, no se fue sin recibir un touchdown y celebrarlo con sus tradicionales y muy famosos pasos de salsa.
La participación de los latinos es muy escasa aún en la NFL. Si acaso se les ha visto en la posición de pateadores y por eso es muy importante la participación de estos dos, quienes pueden ayudar a llamar la atención de más talentos.