Cayó la cúpula de la federación

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El Cairo. AFP El poder egipcio, en tela de juicio tras la muerte de 74 personas en enfrentamientos entre hinchas en Puerto Said, anunció ayer el despido de los directivos de la federación egipcia de futbol y la dimisión del gobernador de la ciudad.

El primer ministro, Kamal al Ganzuri, anunció las medidas en un debate parlamentario muy agitado, mientras hinchas de futbol se reunían en El Cairo para marchar hacia el Ministerio del Interior a modo de protesta.

El primer ministro confirmó también el cese de sus cargos de los principales responsables de la seguridad de Puerto Said.

Numerosos testigos habían acusado de inoperancia a la fuerza pública y criticado las fallas en el dispositivo de seguridad del partido del miércoles.

El presidente de la Asamblea, Saad al Katatni, del movimiento de los Hermanos Musulmanes, primera fuerza política del país, consideró que “la revolución egipcia afronta un gran peligro”.

“La masacre de Puerto Said se debe a una tremenda negligencia de los servicios de seguridad”, declaró, sin llegar a pedir la caída del gobierno.

Mientras tanto, en Puerto Said, una ciudad situada en la entrada norte del canal de Suez, reinaba ayer un ambiente de calma.

La televisión estatal anunció por la noche el despliegue del ejército en la ciudad “para evitar nuevos enfrentamientos”.