Sentado en el andamio de una construcción, Carlos Baca cuenta las horas para que llegue el fin de semana, para agarrar la manopla, el bate y lanzarse al diamante a hacer lo que le apasiona.
Ayer Baca, un nicaragüense de 27 años, fue galardonado como el mejor jugador de la serie final entre Pinoleros y Brenes Salas.
Sin lugar a dudas, la acción que volcó las miradas hacia Carlos, hombre pequeño de estatura pero de gran corpulencia, fue el triple que consiguió en la parte alta de la sexta entrada.
De ese modo, impulsó a un compañero para igualar el compromiso.
El MVP de la final llegó a Costa Rica hace apenas seis meses. Fue cuestión de un día para otro para que consiguiera un empleo y se enlistara en una novena.
De hecho Baca y otros cuatro compañeros de trabajo tuvieron la semana anterior libre para que se dedicaron solo a entrenar.
“Me dieron la oportunidad y respondí. Me preparé, estoy muy contento de lograr el campeonato. Creo que la preparación que tuvimos esta semana fue fundamental. Sí fuimos a la empresa, fue solo un día o dos, el resto fue para entrenar”, comento Baca con mucho orgullo mientras sostenía el trofeo.
Por otro lado, el piloto de los campeones, Obed Connolly destacó que las ansias de ganar.
“Veníamos con la sed de ganar, recuperamos la serie, practicamos toda la semana, sabíamos que Pinoleros está para ser campeones, yo lo dije antes de partido: hay pinolerazo para buen rato”, destacó con una carcajada Connolly al terminar el compromiso.