Por qué la marihuana para uso recreativo no debe ser legalizada

Hay muchas razones y en este artículo se explican 13 para tener una idea de los graves efectos de la marihuana

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Existe en nuestros días un ambiente favorable al consumo de marihuana, y el gobierno quiere consolidarlo y fomentarlo mediante la legalización del consumo recreativo.

La marihuana tiene efectos nocivos en la salud, particularmente en la mental. El estudio longitudinal de Dunedin, llevado a cabo en Nueva Zelanda en el 2012, demostró que el consumo habitual, si se inicia en la adolescencia, produce una pérdida de capacidades intelectuales hasta de ocho puntos en las escalas de inteligencia. En la adolescencia se asocia a la aparición de psicosis, un trastorno mental grave relacionado con la esquizofrenia.

Otro estudio, en Dinamarca, a una cohorte de más de 7 millones de personas, determinó que la frecuencia de síndromes esquizofreniformes en los últimos 20 años es 3 o 4 veces mayor en fumadores habituales; y uno más, con 2.000 adolescentes en Australia y Nueva Zelanda, encontró que hay 7 veces más intentos de suicidio en adolescentes que fuman marihuana frecuentemente que entre los que no.

En Colorado —pionero en la legalización de la marihuana—, esta sustancia es el tóxico que se encuentra con más frecuencia en las autopsias de adolescentes que se quitan la vida.

Enfermedades y más

Entre los efectos en la salud física se encuentra el aumento en la frecuencia de enfermedades pulmonares, infartos del miocardio (en personas de entre 15 y 22 años) y, en los hombres, un tipo de cáncer de testículo.

Debe considerarse que la marihuana en la década de los ochenta tenía alrededor del 5 % de concentración por peso de THC, sustancia psicoactiva que daña el cerebro (así es, lo daña); la que se consume hoy en cigarrillos puede tener un 30 % y en concentrados (vapeadores y comestibles) hasta un 90 %.

Para tener una imagen comparativa, piense que en vez de tomarse una cerveza regular (contiene un 4,5 % de alcohol) se toma una con un 90 % de alcohol, es decir, 20 veces más alcohol puro.

El cannabis (THC fumado, el de la mata) no está aprobado por ningún organismo oficial de regulación de medicamentos para uso médico. Una forma sintética, el dronabinol, la FDA la autorizó para tratar la anorexia causada por el sida y las náuseas por la quimioterapia; y el cannabidiol, conocido como CBD, fue aprobado para el tratamiento de dos tipos de epilepsia (Dravet y Lenox-Gastaut), y ninguno más.

Industria ilegal indetenible

La legalización de la marihuana no ha detenido la industria ilegal, como algunos creen. El 55 % de toda la actividad económica alrededor de la marihuana en Estados Unidos es por producción ilícita, de acuerdo con BDSA, la empresa consultora más prestigiosa sobre la materia.

En Uruguay, para citar un ejemplo cercano, se legalizó el consumo en el 2013, y entre el 2012 y el 2018 se duplicaron los homicidios relacionados con el narcotráfico y la producción y venta ilegales aún se mantienen.

Un argumento a favor de la legalización es el beneficio fiscal, pero la imposición de impuestos, como mencioné, no elimina el mercado clandestino; por otra parte, el dinero no será suficiente para los tratamientos de enfermedades mentales, combatir la violencia, evitar accidentes de tránsito, etc.

Son, además, impuestos sumamente regresivos, porque la mayoría de los consumidores de marihuana consuetudinarios provienen de sectores de bajos ingresos socioeconómicos.

El proyecto de ley establece que no se venderá marihuana a menores de edad, pero uno no puede dejar de preguntarse si el control de la venta de marihuana será tan ineficaz como el del alcohol a menores, es decir, inexistente.

Cambio del perfil del turista

El artículo 52 del proyecto de legalización dice que se fomentarán campañas informativas a escala internacional para promover a Costa Rica como un destino turístico para el “consumo responsable de cannabis de uso recreativo”. En otras palabras, una forma de cambiar el turismo que busca un ambiente sano, la diversidad biológica y la ecología sostenible por uno que procura la intoxicación responsable con THC.

También dice que solo se permitirá el cultivo al aire libre, pero la mitad de la producción de marihuana en Estados Unidos se efectúa en viveros cerrados, y estos producen una enorme contaminación. Producir un kilogramo de marihuana en peso seco en estos ambientes origina la misma huella de carbono que 2.000 litros de gasolina en un automóvil.

Entonces, ¿cuál es la idea de los promotores del proyecto? ¿Cambiar nuestros cultivos de café y flores por sembradíos de marihuana? Pareciera que el desarrollo de esta industria socavaría los esfuerzos que el Estado y los costarricenses estamos haciendo para acercarnos a un desarrollo sostenible mediante el uso de fuentes de energía limpias y la disminución de gases de efecto invernadero.

Al contrario de lo que argumentan los proponentes y defensores del proyecto, la legalización de la marihuana es un experimento social que ya se hizo en otras latitudes y los resultados son perjudiciales para la juventud y la sociedad.

psique@me.com

El autor es médico psiquiatra, especialista en niños, adolescentes y salud pública y miembro de número de la Academia Nacional de Medicina.