Nuevo concepto para salvar el planeta

La sostenibilidad es una meta muy poco ambiciosa, con la que no se ha logrado un cambio en la forma como funciona el mundo

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La Organización de las Naciones Unidas declaró la década del 2021 al 2030 la de la restauración, con miras a orientar los esfuerzos hacia la protección y regeneración de los ecosistemas del mundo.

La gran diferencia entre el desarrollo regenerativo y el desarrollo sostenible se fundamenta en que la sostenibilidad pretende mantener lo existente para el uso de las generaciones futuras, mientras que el diseño regenerativo va un poco más allá y procura dejar los ecosistemas mejorados.

¿Por qué este concepto podría reemplazar al de desarrollo sostenible aunque nos acostumbramos al término y este fue adoptado para referirse al avance en la protección de lo que satisfaga las necesidades futuras, por ejemplo, los objetivos de desarrollo sostenible del 2015 al 2030?

Según un artículo recientemente publicado del experto en la materia Medard Gabel, la sostenibilidad es una meta muy poco ambiciosa, con la que no se ha logrado un cambio en la forma como funciona el mundo.

“A lo que llamamos desarrollo sostenible es al uso de recursos para mejorar el bienestar de la sociedad de una forma que no destruya los sistemas necesarios para el crecimiento futuro”, explica Gabel.

En otras palabras, el desarrollo sostenible trata acerca de cómo resolver el problema de una forma que mantenga y no dañe los sistemas, y el regenerativo responde a cómo podemos resolver el mismo problema pero de tal forma que mejore la capacidad de los sistemas.

Un ejemplo sencillo es la agricultura sostenible centrada en la producción mediante técnicas que no degraden el ecosistema, con el propósito de que las generaciones venideras tengan donde cultivar.

El desarrollo regenerativo deja el suelo mejor que antes para aumentar en número y calidad las futuras cosechas. En Punta Leona, para establecer arrecifes artificiales promueven el atractivo turístico y los criaderos de peces para construir un nuevo planeta.

Este nuevo enfoque nos obliga a cambiar los objetivos de los programas ambientales Bandera Azul Ecológica y Sello de Calidad Sanitaria. El primero incentiva la organización de la sociedad civil para buscar su desarrollo, en concordancia con la protección ambiental de los ecosistemas, mientras que el segundo organiza a los operadores de acueductos para que suministren agua potable en armonía con la naturaleza.

Ambos programas deben aspirar, además de la sostenibilidad, al desarrollo regenerativo dirigido a cuidar la salud ambiental, mediante el fortalecimiento de la biodiversidad en los diferentes ecosistemas, incluidos los caudales y la calidad de las fuentes de agua.

dmora@aya.go.cr

El autor es microbiólogo y salubrista público, director del Laboratorio Nacional de Aguas del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA).