Verse a sí mismo

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Por naturaleza, tendemos a prestar atención al estado físico y descuidamos nuestro estado mental. La razón es, quizás, porque el acondicionamiento mental requiere conocimientos que no están al alcance de todo el mundo. Por eso es que resultan altamente encomiables los enfoques sobre salud mental que La Nación (25 agosto al 1 de setiembre) ha puesto a nuestro alcance, y que tocan asuntos que muchas veces desconocemos y, otras tantas, evitamos enfrentar. Cuando la realidad nos perturba, buscamos inventarnos alguna otra mejor, y así mantenemos vigente el mito del Pura Vida, que es algo así como una esquizofrenia folclórica.

Si bien debemos prestar atención a la salud mental en todos los períodos de nuestra vida, corresponde al adulto mayor preocuparse por su propio bienestar en el momento en que pueden aparecer síntomas de declinación.

Como bien se menciona en los enfoques de La Nación , lo físico y lo mental se relacionan íntimamente y un cambio, o un deterioro, en uno de los dos estados repercute en la condición del otro, circunstancias que suelen ocurrir en el adulto mayor. Desde tiempos inmemoriales se propicia el equilibrio del cuerpo y el equilibrio de la mente, lo cual se destaca en la cita latina mens sana in corpore sano.

Salud física y mental. Retrasar nuestro envejecimiento es una tarea a la que no debemos dejar de prestar atención, y así lo entiende el neurólogo español Paco Mora, quien busca estimular la salud física y mental mediante doce consejos.

El primero es comer menos, dando importancia a los nutrientes de nuestras comidas. Otro es hacer deporte recreativo, adaptado a cada edad y circunstancia. El tercero es realizar ejercicios mentales, variándolos día a día. No sirve hacer, rutinariamente, palabras cruzadas o Sudoku, ya que nuestras neuronas necesitan enfrentar nuevos retos y diferentes tareas. Viajar es el cuarto consejo. Viajar a Puerto Limón o Puerto Vallarta, da lo mismo. En los viajes se presta atención a situaciones nuevas que activan nuestra mente. El quinto consejo es vivir acompañado por la familia, por el cónyuge o el gato. El ser humano necesita compañía para no ser consumido por la soledad.

Adaptación. El sexto consejo es uno de los más importantes: adaptarse a los cambios. Es un consejo apto para cualquier edad y circunstancia. Sin embargo, en el caso de los adultos mayores adquiere mayor relevancia porque es cuando los cambios se acompañan con síntomas de deterioro, y es necesaria, entonces, una alta dosis de aceptación a las nuevas situaciones que alteran nuestra vida anterior. En sétimo lugar, el doctor Mora aconseja evitar el estrés crónico. Una vejez estresada suele ser corta. En este caso, mejor sería decir: evitar las preocupaciones. El octavo y noveno no requieren comentario porque ya lo sabemos: no fumar y dormir de siete a ocho horas.

Ser agradecidos. En el décimo aconseja evitar el apagón emocional, o la chispa de la vida. Debemos mantener activas la motivación y nuestras esperanzas. Los planes ya no tendrán tan largo alcance, pero deben mantener despierta la ilusión. El once, como consejo, resulta el más sutil y se refiere al agradecimiento. Ser agradecidos no suele ser una de nuestras cualidades más destacadas. Es tiempo de saber agradecer para descubrir la dulzura de ese gesto, y de dar gracias por lo que hemos recibido, y que recién ahora nos detenemos a valorar. Cierra esta docena de consejos la recomendación de disfrutar de las pequeñas cosas. Ya pasó el momento de los grandes emprendimientos y de los grandes logros. La palabra pequeña nos sugiere acercarnos a los placeres cotidianos: descubrir que en los momentos de paz hay una felicidad placentera que nunca habíamos sentido. Esas pequeñas cosas antes no las observábamos porque mirábamos por encima de nosotros, sin vernos a nosotros mismos.