Un documento perdió su validez a los tres meses de ser emitido. La persona que suministró los datos manifestó que la información dada, en su momento, no era correcta.
Lo que en su momento fue, luego no lo fue. El aquí y ahora que citaba don Beto Cañas, en un caso como este, cobra vigencia. Hoy sí, mañana no.
Nihil novum sub sole, dice la expresión latina. Habrá siempre personas, como yo, que creen en algo y luego… la situación cambia. No hay marcha atrás, datos a posteriori.
Roma locuta, causa finita.
El autor es diputado.