Vacuna contra la desesperanza

El virus más letal es el que ataca los valores humanos. Los síntomas son corrupción, mentira, irracionalidad, intolerancia, entre otros

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Al final de un día o del año, deberíamos formularnos tres preguntas: ¿Qué hice mal? ¿Qué hice bien? ¿Qué puedo hacer mejor? Así, llevaríamos un registro de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones para hacer más en lugar de tener más.

En estos dos años de padecer los efectos devastadores de la covid-19 y su estela de 568.860 contagios y 7.343 muertos (corte al 26 de diciembre), el impacto se ha sentido en las fibras que nos han unido durante 200 años: los valores humanos.

El cierre del 2021 nos dejó una economía en escombros a consecuencia del confinamiento obligatorio. Será la empresa privada, con ayuda de todos, la que de nuevo se remangará, y con ingenio y mucho sacrificio volverá a generar riqueza para que Costa Rica siga siendo libre, próspera y pacífica.

Recuperación pospandemia

Es posible recuperar los índices socioeconómicos previos a la pandemia, siempre que conservemos los valores humanos que como sociedad nos distinguen desde 1821, cuando nuestros ancestros fundaron esta nación.

El virus más letal es el que ataca los valores humanos. Los síntomas son claros: corrupción, mentira, irracionalidad, intolerancia, miedo, desesperanza y egocentrismo, la peor enfermedad del alma humana.

Estamos en el amanecer de un año nuevo y la lista de buenos propósitos deben encabezarla solidaridad, respeto, honradez, justicia, laboriosidad, sencillez, responsabilidad, por citar los más urgentes.

Solo así podremos superar el abismo de la desigualdad, adonde nos llevaron gobernantes inescrupulosos, con ideologías ajenas a nuestra manera de ser y empeñados en saquear las arcas públicas para ellos y sus amistades peligrosas.

Elecciones en el 2022

En pocas semanas tomaremos la decisión trascendental de elegir presidente y diputados, quienes marcarán el rumbo del país durante cuatro años, y sus designios incidirán en el futuro.

Pensemos bien antes de elegir y qué clase de personas deben ser. Está bien calibrar los atestados académicos, la carrera profesional y la experiencia, pero más allá de esos datos debemos atisbar al ser humano.

Me duele el viraje de América Latina hacia gobiernos extremistas, de todo signo, por cuyas ideologías deshumanizadas e intolerantes están dispuestos a conducirnos a la ruina moral con el fin de imponer sus creencias y costumbres.

Los valores son la brújula de la vida; marcan el rumbo correcto a cada persona y sociedad. Para fortalecerlos, debemos conocerlos y practicarlos. Solo así podremos recuperar la esperanza, la fe y la confianza en el 2022.

jackloeb23@gmail.com

El autor es empresario turístico.