Una pésima decisión

La Policía necesita recursos, pero no deben otorgársele a costade los niños

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El sábado amanecimos con la noticia de que la oposición acordó quitarle dinero al Patronato Nacional de la Infancia (PANI) para financiar a policías, y amenaza con dejar al Patronato con menos de la mitad del presupuesto que esa institución ha previsto para el próximo año. Desconcertados por la noticia, nos hemos quedado con una profunda sensación de disgusto y de irrealidad.

En los últimos años, hemos visto una persecución contra el PANI, institución que ha debido ir reformándose y haciendo cambios enormes en sus formas de trabajo para responder a lo que la Convención sobre los Derechos del Niño establece, pasando de ser una institución que atendía solo a los más desvalidos y abandonados a ser responsable de promover, prevenir, atender y proteger a todos los niños y adolescentes y sus derechos humanos.

El PANI puede tener aún un largo camino que recorrer para llegar a ser todo lo que tendría que ser, pero ya está en la línea correcta, es una institución importante y necesaria para el desarrollo de los niños y adolescentes. Dejarla sin herramientas y sin recursos, es quitarle una pata central para que pueda hacer su trabajo y asumir las responsabilidades que la ley estipula.

Así que no es el PANI el que debe ser castigado, hay que poner orden en la Administración Pública para que exista presupuesto público para hacer realidad los derechos de los niños y adolescentes y que este se dé de manera oportuna y total para que se pueda ejecutar según se planifica.

Afectación. El PANI es la pieza central del sistema nacional y local de protección y de la articulación con todos los sectores. El PANI coordina el Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia, la Agenda Nacional de la Niñez y la Adolescencia; trabaja para cumplir la meta de la Política Nacional de la Niñez y la Adolescencia al 2021; y es el que regula y monitorea el trabajo de los actores sociales que trabajamos con personas menores de edad.

Debilitar al PANI es debilitar al sector social y al sector de la niñez y la adolescencia; es dejar a los niños y adolescentes sin apoyos y protección oportuna. Es dejar de asumir con seriedad la tarea que implica prevenir, proteger, atender y defender situaciones violatorias, acción que ha estado impulsando y promoviendo el PANI con estrecha articulación y coordinación con los diferentes sectores.

Congruencia. El papel de la oposición es velar para que la democracia se fortalezca y que no se atente contra el desarrollo humano de sus habitantes y que se garantice un desarrollo sostenible y la estabilidad del país en todos sus campos.

En ese sentido, rescatamos la expresión que fue muy popular en los años noventa y que hoy sigue teniendo mucha fuerza por su acertada afirmación: “Si bien la democracia es buena para los niños, los niños son imprescindibles para la democracia”.

Estamos seguros de que la Policía requiere un presupuesto y que urge profesionalizarse, pero no aceptamos que se haga a costa de los niños y adolescentes, ni afectando al PANI como institución rectora en promover, proteger, atender y defender a toda la población menor de edad en el país.

Los niños y adolescentes requieren congruencia y responsabilidad a la hora de cumplir con las obligaciones que Costa Rica ha asumido en su nombre.

La autora es presidenta ejecutiva de la organización Defensa de Niños Internacional (DNI).