Una lectura distinta

Lejos de debilitar al PLN, la Alianza podría fortalecerlo de cara a las elecciones del 2014

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Entre las diferentes lecturas que pueden realizar quienes impulsan una alianza parlamentaria como electoral con miras al 2014, así como entre quienes se encuentran cautelosos e inclusive críticos de ella, existe una que podría estar pasando inadvertida para el PLN, pero principalmente para las restantes fuerzas electorales opuestas al liberacionismo.

La tesis es la siguiente: “La Alianza por Costa Rica es probablemente lo peor que le ha pasado al Gobierno, pero su continuidad quizás lo mejor que podría pasarle al PLN”.

Algo curioso ya que fue la oposición a los verdiblancos y “en teoría” no a Gobierno, lo que motivo su creación.

Estrategia equivocada.Los integrantes de este bloque opositor no supieron diferenciar entre el PLN y Gobierno, lo que les está llevando a errar en su estrategia para impedir un tercer mandato liberacionista consecutivo, debido a su incomprensión de que el Gobierno no solo es del PLN, sino de todos los costarricenses, por lo que su obstrucción a él les puede acarrear un enorme costo político en el corto plazo.

Lo peor para el Gobierno. El triunfo de la Alianza por Costa Rica en mayo pasado le cambió por completo el escenario al Gobierno, que nunca se imaginó perder el control legislativo (administración, discrecionalidad para el envío de expedientes a comisión, integración de ellas y manejo de plenario). Todos elementos que hubieran resultado sumamente valiosos en la tramitación del plan fiscal, que mantiene paralizado Cuesta de Moras.

Por otra parte, el directorio legislativo de oposición ha brindado hasta el momento prioridad al control político descuidando la función legislativa, lo que ha generado serios atrasos en el impulso de una serie de proyectos y, ante la ausencia de una agenda de parte suya, el Congreso no tiene definido un plan de trabajo.

Vale la pena, entonces, preguntarse: ¿En qué beneficia a la gente la existencia de la Alianza, cuando la obsesión por sacar al PLN del poder es algo casi exclusivo de las élites de la oposición?

Lo mejor para el PLN. La Alianza actualmente en el poder, pudiera estar quemando sus figuras, las cuales llegarían a 2014 con 3 años de importante desgaste político y mediático. Además el convivio parlamentario de fuerzas tan disímiles, previo a una nueva contienda electoral, en lugar de permitirles superar sus diferencias solo las habrá desnudado ante la opinión pública en el momento menos oportuno.

De seguir las cosas como están en este momento, con un Gobierno de calificación deficiente según las últimas encuestas y un Congreso donde las cosas parecen no caminar, la Alianza se convertirá en el “chivo expiatorio” perfecto a culpar de la parálisis gubernamental sufrida durante la actual administración.

¿Se habrá disipado toda duda sobre la Alianza, que de no estar en el poder pudo haber jugado a su favor, aquella de ‘¿qué sería del país si ellos fueran Gobierno?’, víctimas de un mal manejo de expectativas, generando tantas en un inicio que resultaron materialmente imposibles de cumplir o solventar? Hoy, con menos de un año en el poder, según la última encuesta de Unimer/La Nación, 4 de cada 10 consideran que el trabajo legislativo continúa igual con la Alianza; 3 de cada 10 dicen que empeoró y solo 1 de cada 10 estima que mejoró.

En conclusión, el panorama con el que le tocará lidiar a la Alianza dentro de poco no es sencillo; inclusive, de ganar electoralmente en 2014, le corresponderá hacerles frente a los problemas del país con una serie de incendios creados o exacerbados irresponsablemente por ellos mismos cuando fueron oposición, los cuales, cuanto más pasa el tiempo, serán más difíciles de apagar.