Un cambio por Alejo

Que no haya que derramar más sangre para que se dé un cambio en Costa Rica

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No hace falta caminar mucho para darse cuenta de la violencia a la que estamos expuestos constantemente. En cualquier calle transitada, vemos cómo maneja la gente y lo enojados que aparentemente andamos los ticos. Sumado a esto, leemos gran cantidad de noticias sobre crímenes violentos, agresiones y más.

La pregunta que viene a mi mente es cómo nos convertimos en esto. Hablando con mis abuelos y gente mayor, al escuchar las historias que ellos nos cuentan, de cómo era el país cuando estaban jóvenes, la paz que se vivía y de cómo uno podía salir de su casa sin tener miedo, me hace pensar sobre qué fue lo que cambió en nuestra sociedad.

Hace unos días, como muchos sabemos, Alejo Leiva Lachner, de 21 de años, fue víctima de esta violencia. Una noticia impactante para todos aquellos que tuvimos la dicha de conocerle. Una persona con carisma, que nunca buscó problemas y vivió sus 21 años al máximo.

Él nos recordaba constantemente que uno está en este mundo para hacer sonreír a la gente y para vivir relajado porque es la única forma de ser feliz.

Tuve la dicha de ser criado en una familia de valores muy fuertes y unida. Por eso, cuando mi mamá me llamó para darme la noticia de la muerte de Alejo, simplemente no podía entender lo sucedido.

No podía entender cómo 20 personas atacaron a un grupo de jóvenes de semejante manera, como si fuera una pelea entre pandillas o algo por el estilo. Ahora lo que me quedan son los bonitos recuerdos que tengo con él, los domingos donde mi abuela, salidas a surfear y todas las veces que pudimos departir.

No recuerdo verle enojado o triste una sola vez, y por ello estoy tranquilo y en paz. No le guardo rencor a quienes hicieron semejante atrocidad, espero que Dios los perdone algún día por hacer sentir este dolor a nuestra familia y a sus queridos amigos, y que aprendan que la violencia es un círculo vicioso, que no lleva a ninguna parte.

Esto es lo que a nosotros como sociedad nos hace falta aprender, que la violencia no nos conducirá a ningún lado, y si queremos un mejor futuro, un país seguro para las próximas generaciones, necesitamos hacer un cambio hoy.

El cambio se inicia en la casa. Haga la prueba, salga a la calle sin estar enojado, sin tirarle el carro a todo el mundo, dé campo y va a sentir mucha paz. El hecho de no andar enojado todo el día hace un gran cambio.

Aunado a lo anterior, pido a las autoridades leyes más fuertes para castigar los diferentes delitos que se cometen a diario. Al paso que vamos, llegaremos al punto que la población haga justicia por su propia mano.

Es necesario reestructurar cómo se hacen las cosas. Tenemos un país de gente tan linda que es una lástima cómo suceden las cosas y que los crímenes queden impunes.

Pido a las autoridades que no haya que derramar más sangre para que se dé un cambio, que el cambio se inicie hoy, tanto en nuestras casas como en el propio Gobierno para tener un país mejor, más seguro y, realmente, el más feliz del mundo. Así daremos un verdadero ejemplo.

Para mí, Alejo es hoy la figura, el héroe y el agente de cambio, quien realmente hizo despertar a nuestra sociedad. Que esto no haya pasado en vano y que exista un cambio en nuestra mentalidad y en nuestras leyes.

Vivamos como Alejo, relajémonos, sonriamos y no nos enojemos. Esta es la única manera de seguir su legado y de alcanzar una mejor Costa Rica. El será por siempre joven en nuestros corazones, y ahorita está surfeando sobre olas perfectas en el cielo.

El autor es primo hermano de Alejo Leiva Lachner.