Turismo tecnológico

La tecnología es un reto, pero también la tabla de salvación para seguiratrayendo vacacionistas

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Las festividades religiosas de marzo o abril significan un masivo e intenso peregrinaje. Pero su destino final pareciera cada vez más distante del púlpito y los Evangelios. Y en lugar de doblar rodillas y confesar sus pecados, los fieles prefieren sucumbir ante el dios Sol y la liturgia del azul profundo.

Estos nuevos “creyentes”, además, no suelen viajar solos: dispositivos con acceso a Internet y a sus redes sociales predilectas son sus compañeros inseparables.

Este peregrino, antes de su expedición, lo primero que hará será ingresar a Internet y buscar su destino. Investigará en miles de sitios web donde hallará guías, recomendaciones y listas infinitas.

Leerá y atenderá cada recomendación, cada crítica y reseña de los lugares; observará fotos, descifrará los mapas electrónicos que ofrece el buscador omnipotente y revisará el cálculo inmediato sobre la distancia y el tiempo que tardará desde su hogar hasta el lugar de playa seleccionado.

En lugar de un hotel reconocido, abrirá una aplicación que le mostrará cientos de alojamientos, casas y condominios, ofrecidos por personas que, al igual que él, reconocen en las nuevas tecnologías el único camino para hacer turismo, pero también negocio.

El día ansiado utilizará su teléfono inteligente para que una aplicación le guíe por la mejor ruta posible. No vaya a equivocar el camino y reducir, aún más, su valioso tiempo libre.

Una vez instalado frente al mar, tomará nuevamente su dispositivo conectado para captar la imprescindible imagen de sus pies en la arena, fotografía que publicará inmediatamente en su red social, procurando, en el fondo, generar envidia y atención. “La vista de mi oficina”, rematará como comentario.

Sector clave. Resulta un ejercicio inútil recordar la trascendencia del turismo para nuestro país. Un estudio del 2015 sobre el impacto económico de este sector, del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), señala, por ejemplo, que el aporte directo del turismo ronda el 5% del PIB, una contribución total de un 12,5 % del PIB, una generación de empleo directo de alrededor de cien mil puestos, o sea el 4,8% del empleo total del país.

Por su parte, los números del ICT muestran un crecimiento de un 4,1% en llegadas internacionales para el 2014, en relación con el año anterior.

Ahora bien, el gran reto de la industria turística, no solamente en nuestro país sino a escala global, consiste en entender, conocer y, a partir de ahí, adaptarse al nuevo entorno y, particularmente, a este perfil de un turista que hace un uso intensivo de las nuevas tecnologías para satisfacer su experiencia de viaje.

Los nuevos modelos económicos y tecnológicos que se desprenden de un concepto de “economía colaborativa” ( sharing economy ) y de “igual a igual” ( peer to peer ), que conectan a clientes y oferentes de servicios a través de plataformas tecnológicas, suponen un desafío innegable.

Ciudades que dependen tanto o más del turismo, como París y Ámsterdam, han ajustado y reformado sus ordenamientos jurídicos con la finalidad de regular estos nuevos esquemas de alojamiento y servicios asociados a la actividad turística.

Las grandes cadenas hoteleras, las agencias de viajes y todos los demás negocios están entendiendo que el único camino para competir con estos nuevos modelos pasa también por la misma tecnología.

Precisamente, la aplicación de las nuevas tecnologías en el turismo fue el tema de fondo tratado en la mayor cita del sector del mundo, la Feria Internacional de Turismo en Berlín (ITB).

Estrategias. Desde la puesta en funcionamiento de plataformas de reservas en línea, alianzas con sitios de Internet que generan recomendaciones de viajes, sistemas tecnológicos para la administración de sus operaciones internas, el manejo eficiente de redes sociales, hasta la renovación de sus páginas de Internet, en procura de una experiencia mucho más amigable con el usuario, son algunas de las estrategias relacionadas con las tecnologías, con las cuales pretenden mantener su competitividad.

Para mañana es tarde, el sector turístico nacional debe actuar ya porque la tecnología emerge como una paradoja: supone un enorme desafío, pero es, a su vez, la tabla de salvación para seguir atrayendo y conquistando a este séquito de fervorosos digitales.

El autor es abogado, experto en nuevas tecnologías y ex asesor legal de la Secretaría Técnica de Gobierno Digital.