Trato igualitario para los taxistas

Detrás del gremio de los taxistas formales hay alrededor de 14.000 familias

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El equilibrio es el delicado balance que está en dos extremos. El balance se requiere para que la sociedad conviva en apego a la legalidad, a las buenas prácticas y en armoniosa convivencia entre todos los sectores.

Los taxistas formales no reciben ese equilibrio y, mucho menos, respeto. Pese a que hace más de un año se les solicitó a los magistrados de la Sala Constitucional dar por finalizada la consulta de una acción que congeló el cobro de multas contra las taxistas informales conocidos como “piratas”, aún no hay respuesta.

Tampoco las autoridades de transporte y las del Poder Ejecutivo dan respuestas. No actúan, no reaccionan ante las profundas diferencias que existen con los taxistas formales, que tienen sus permisos de ley, que pagan dos cánones diferentes por unidad al año y van a la revisión técnica cada seis meses.

De la misma forma, como en todas otras actividades laborales apegadas a la ley, existe la obligatoriedad del pago de las cargas sociales y, por supuesto, la ineludible responsabilidad de los impuestos.

No es negociable el seguro de vida en un taxi formal; es un pago fuerte que se hace con el pleno convencimiento de que se cubrirá a los pasajeros ante daños causados en un accidente.

Más obligaciones. A los taxistas formales se les aplica la regulación estricta en su tarifa. Se han presentado casos de conductores de taxis cuyo taxímetro se desprogramó y reportó un cobro inferior al de la tarifa oficial, y aunque suene irónico, recibieron una fuerte multa.

Esa situación, que consideramos apegada a la ley, no se aplica, sin embargo, a otros grupos que andan dando servicio público.

Como si no fuera suficiente todo lo que están padeciendo los taxistas formales, en los últimos meses, cuando un conductor de taxi se presenta a solicitar un préstamo a algún banco del sistema financiero nacional, como pequeña empresa, se les indica que sufrirá un castigo o reducción del 25% en el monto que podría recibir, por el efecto de las aplicaciones que funcionan en la ilegalidad.

Aceptamos que en otros momentos nuestro sector ha incurrido en errores, pero existen muchas organizaciones, como la Cooperativa Coopetico, que me honro en dirigir, que hace importantes esfuerzos para reinventarse y ofrecer servicio de más calidad en distintas modalidades.

Incertidumbre. Detrás del gremio de los taxistas formales hay alrededor de 14.000 familias que, al igual que todos los demás costarricenses, requieren de ingresos dignos para desarrollarse de la mejor manera posible.

La actual indefinición de las autoridades nos está llevando a todos los que sí cumplimos con la ley, a los que sí nos apegamos a las obligaciones sociales, morales y económicas, a una profunda incertidumbre, de la que, pese a nuestros múltiples esfuerzos, no resulta fácil salir.

Pedimos que se haga cumplir y respetar la ley, que se definan las reglas claras y que se respete la necesidad de todos a tener trabajo, pero en igualdad de condiciones, en donde todos sean tratados de igual manera.

La autora es gerenta de Coopetico.