Tiempo y beneficio para la familia

Los británicos brindan un ejemplo de cuánto ayuda a la sociedad el fortalecimiento de la familia

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A principios de setiembre, en la presentación de su informe independiente sobre el estado de la familia en el Reino Unido, Rachel de Souza, al frente del Comisionado de la Infancia en Inglaterra, afirmó que el bienestar de los padres e hijos crece cuando pasan tiempo juntos, y ello genera beneficios sociales.

De acuerdo con sus estadísticas, este fenómeno inyecta felicidad, sentido y civismo, contribuye a prevenir problemas crónicos, tales como soledad, ansiedad, depresión o fracaso escolar. Por todo ello, su oficina dará impulso a la perspectiva de familia en todos los ministerios, lo que obligará a examinar cómo afectan sus políticas sociales el bienestar de las familias. Una causa que podría unir a progresistas y conservadores.

Los patrones culturales de la sociedad presionan para que sean las mujeres las que asuman la mayor parte del cuidado familiar. En el último trimestre del 2020, concluido el confinamiento obligatorio, el 94% de las reducciones de jornada para el cuidado de hijos o mayores y el 89% de las excedencias para el cuidado de hijos fueron solicitadas por mujeres en el Reino Unido. Es mal visto que un hombre tome el permiso de paternidad completo o adapte su horario para recoger a los niños del colegio o atender un imprevisto. Esta mentalidad causa un punto ciego.

David Cameron se convirtió en uno de los primeros políticos europeos en incorporar la perspectiva de familia en sus políticas sociales. Tomó partido a favor de la estabilidad familiar y respaldó un conjunto de medidas. La coalición formada por conservadores y demócratas liberales decidió que cada ministerio rindiera cuentas sobre el impacto de sus políticas en la familia, junto con otros factores, como la rentabilidad y el respeto al medioambiente.

El gobierno británico elevó a 19,5 millones de libras esterlinas el presupuesto destinado a promover los cursos de orientación familiar. Financió tres tipos de cursos: preparación para el matrimonio, formación para padres y madres primerizos y asesoramiento para parejas en crisis.

Un dato revelador del Center for Social Justicefue que el 72% de los adultos británicos consideran que las rupturas familiares son un problema serio en el país. Asimismo, ese gobierno amplió un programa de apoyo para familias en apuros económicos. De 120.000 beneficiadas se cubrieron las necesidades de hasta 500.000. Asimismo, aumentaron las ayudas económicas para los ayuntamientos y organizaciones benéficas a fin de que agilizaran los procesos de adopción, y estas crecieron en un 25% en un año.

Instauró un sistema de filtros por edad en los videos musicales de YouTube y Vevo para evitar que los menores vieran contenidos violentos y con alta carga sexual. Estudió la posibilidad de incluir ayudas financieras a los más de 200.000 abuelos que cuidan a nietos cuyos padres fallecieron, están enfermos o sufren problemas con el alcohol y las drogas.

El Reino Unido tiene una de las legislaciones más generosas. Las madres toman 12 meses de permiso (9 de ellos remunerados con el salario mínimo). Los padres se reparten con las madres esos 12 meses. Esta propuesta fue liderada por los demócratas liberales, que también dieron flexibilidad para que las familias se organizaran. La Comisión Europea propuso permisos parentales más largos y remunerados.

El sociólogo José Pérez Adán, en su libro Repensar la familia, plantea superar los conceptos de familia “tradicional” y “moderna”. Lo relevante es que las familias puedan “funcionar” para capacitar la socialización, promover la equidad generacional y transmitir la cultura.

El filósofo Alejandro Llano señala que la educación tiene que redescubrir como valores formativos el sentido del servicio a los demás, el cuidado de lo cualitativo, la atención a lo concreto, la sensibilidad estética, la capacidad perfeccionadora del dolor y la seriedad de la ternura. Ello requiere un sujeto social: la familia. ¿Izquierdas o derechas? ¿Familias clásicas o modernas? Ese no es el punto.

Una de las paradojas más dolorosas de las economías desarrolladas es que los aumentos de riqueza y bienestar económico no han incidido de manera proporcional en la felicidad. Lo cierto es que los padres quieren pasar más tiempo con sus hijos y eso genera un beneficio para la sociedad, como bien lo apuntó De Souza.

hf@eecr.net

La autora es administradora de negocios.