En Centroamérica, incluida Costa Rica, el turismo intrarregional muestra un crecimiento limitado en las últimas dos décadas, constituyendo menos del 10 % de la totalidad del tráfico en la región.
Un estudio del Banco Mundial (BM) reveló que el alto costo de los vuelos internos en Centroamérica es la principal barrera, pues son hasta tres veces más caros que en Suramérica.
De acuerdo con el BM, los impuestos y las tarifas por el uso de los aeropuertos son los factores que más inciden en el elevado precio y, por tanto, limitan a las aerolíneas de bajo costo a la hora de ofrecer tarifas competitivas.
Como resultado, deja una parte considerable de la demanda aérea intrarregional insatisfecha, que es además la más sensible al valor de los tiquetes.
Las tasas aeroportuarias en Costa Rica rondan los $50 por pasajero, monto mayor al del boleto de avión por trayecto ofrecido por aerolíneas de bajo costo a destinos dentro del Istmo ($40 aproximadamente).
El BM sugiere una reducción de $20 para vuelos intrarregionales, lo que resultaría en una disminución en el total pagado por pasajero (boleto de avión más tasa aeroportuaria) de $90 a $60 por trayecto y de $180 a $120 por un vuelo de ida y vuelta.
La rebaja estimularía la demanda y la movilidad de ciudadanos, con efectos positivos en actividades conexas al turismo y el comercio, tomando en cuenta que aproximadamente un cuarto del intercambio de bienes y servicios de Costa Rica se realiza con los países centroamericanos.
Adicionalmente, al ser un mercado demandante de servicios costarricenses, esto representa también una oportunidad de crecimiento y expansión para las pymes.
De conformidad con el BM, legisladores costarricenses propusieron recientemente la Ley para Fomentar los Vuelos de Bajo Costo entre Costa Rica y Centroamérica, que busca establecer una tasa de salida de $18 para personas que tengan como destino final cualquier país de Centroamérica, siempre y cuando se constaten dos condiciones: que las tasas de salida cobradas en el país de destino sean también inferiores a $23 y que la tarifa limpia de la aerolínea (costo del boleto sin tasas ni impuestos) no exceda los $40 por vía.
Esta medida procura corregir la distorsión en el precio final de los boletos aéreos, causada por los impuestos, las tasas y los cargos cobrados al salir y entrar al país por los viajeros.
A pesar de las bajas tangibles ofrecidas por aerolíneas de bajo costo, el consumidor no percibe menores precios totales debido a esta distorsión, que resulta en que no aumente la demanda de viajes.
Según los cálculos del BM, la derrama económica del turismo y del consumo compensaría con creces la disminución en la recaudación por las menores tasas de salida.
Dado que la compra de boletos aéreos es tan sensible al precio, una reducción de $120 podría aumentar la demanda en más del 200 %.
El proyecto presentado a la Asamblea Legislativa promueve la reciprocidad entre países y favorece la integración económica y social en Centroamérica. Además, se espera que la “tasa diferenciada” estimule a las pymes a expandirse más rápidamente y fomente un turismo más diverso y accesible para los centroamericanos, incluidos aquellos viajeros de múltiples destinos fuera de la región.
Como respaldo, las aerolíneas se comprometen a ajustar sus tarifas a los niveles sugeridos. Además, aumentarán la frecuencia de vuelos conforme crezca la demanda para compensar la merma de ingresos fiscales por el ajuste de los impuestos de salida.
El autor es catedrático universitario, especializado en la dirección de líneas aéreas y CEO de Volaris.