Surfeando sobre las olas extremistas

Me preocupa cómo va a terminar este desastre social cuando los grupos ultra se empoderen

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Me sorprende tanto comentario homófobo en las redes sociales, también los “feminismos” anotados en las paredes de las iglesias. Creí vivir en un país tolerante, con aversión a la confrontación, medio pendejo para las decisiones fuertes, quitado para lanzarse a uno u otro extremo.

Pensé que La Ultra en nuestro país estaba solo en las graderías. La barra brava salió a la calle para invadir nuestra vida, nuestra forma de pensar y de votar.

En otros países, la inmigración es la que ha llevado a extremismos: se tolera cierta cantidad de inmigrantes, pero cuando empiezan a incrementarse, o cuando algunos incidentes de delincuencia cobran mucha relevancia, se pasa de la tolerancia a la aversión. Empiezan así las olas extremistas, ganan entonces los candidatos que surfearon sobre ellas prometiendo erigir muros y deportar extranjeros.

La decisión de la Corte-IDH sobre el matrimonio homosexual fue el punto de quiebre en la tolerancia costarricense. La sociedad ha tolerado hasta ahora un homosexualismo fuera del clóset, pero no fuera de la casa.

Para muchos costarricenses, la posibilidad de llamar matrimonio a una relación entre una pareja homosexual hizo que pasara de la tolerancia a una homofobia abierta en las redes. De ahí surgió la ola extremista contra los derechos de las minorías.

Hasta ahora tolerábamos los abusos de algunas convenciones colectivas. No ha sido hasta que los excesos nos llevaron al precipicio fiscal que la gota rebosó el vaso. De aquí surgió la ola extremista antisindicatos. La que vota anti-PAC sin importar lo que diga el candidato contrario, aunque ya no solo se oponga al matrimonio homosexual, sino que pretenda restaurar gais.

Sin lógica. A nuestros dos políticos, surfeadores de las dos olas extremistas, no les importa la poca lógica que tiene lo que proclaman. ¿Cómo es que el PAC está a favor de las libertades individuales, pero no económicas? ¿Cómo es que Restauración Nacional está en contra de las libertades individuales y “aparenta” ser pro libertades económicas?

Estoy preocupada en qué va a terminar este desastre social que ya empezó, cuando los grupos ultra se empoderen.

Si en verdad es “por Costa Rica” y “por la familia”, y ya que ninguno de los dos grupos políticos en contienda son en realidad liberales, dejen de alzar estandartes de libertad y váyanse para el centro que necesita nuestra sociedad para acallar extremos.

La ola que cada uno pretende surfear puede terminar estrellando su presidencia contra las rocas.

La autora es ingeniera industrial.