Sin prudencia y sin buen juicio

Tratan de hacernos creer que somos tan ingenuos que aceptamos acciones sin cuestionar

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Tomando como referencia las publicaciones de La Nación, de la primera semana de agosto, concluimos que fue un periodo en que predominó la falta de prudencia y de buen juicio en algunas figuras públicas, sin considerar que tratan de hacernos creer que los costarricenses somos tan ingenuos que aceptamos toda clase de comentarios y acciones sin cuestionarlos.

Empecemos por el jefe del Frente Amplio, Gerardo Vargas, y el pago de los impuestos municipales sobre sus 126.000 metros cuadrados. Su explicación da vergüenza, especialmente por ser él diputado. El líder de su agrupación, José María Villalta, en primera instancia, no encuentra nada que cuestionar en la actuación del diputado, lo cual nos deja un sinsabor al pretender acomodar su criterio dependiendo de la conveniencia.

Tres días después, Villalta afirma que lo pensó mejor y rectifica su declaración y asegura que Vargas debió actualizar el valor de sus propiedades. Luego, aparece Vargas gestionando lo que debió haber hecho desde el 2011, y ahora sí pagará lo que debe ser.

Incoherencia. Por otra parte, el ministro de Obras Públicas y Transportes, Carlos Segnini, manifiesta que está negociando con Globalvía para que el Gobierno reciba la ruta 27 porque tenemos que ampliarla a cuatro carriles y para ello se recurriría a los fondos de pensiones.

Da escalofríos leer tal incoherencia. Claro está, fue tan imprudente que un día después se publica que el ministro se desdice sobre el interés de asumir la ruta 27.

Y para terminar la semana, se publica que nuestro presidente se reunió con Óscar Arias para hablar de las finanzas del Estado. Tenemos mucha duda del aporte que pueda hacer cuando dicho expresidente tuvo parte en la situación en la que estamos.

“No se puede lograr algo distinto haciendo lo mismo”, es una frase muy conocida. Por qué don Guillermo en lugar de “quemarse” en reuniones de este tipo, no convoca a un foro a nuevos y preparados economistas, estoy segura de que los hay en nuestro país, para que en conjunto planteen soluciones nuevas y viables.

Por qué, en lugar de proponer más impuestos a la clase media, quienes sí los pagan, no sale corriendo a ejecutar un plan mediante el cual nadie eluda los impuestos, empezando por las municipalidades.

Deben haber muchos Gerardos Vargas sin sus propiedades actualizadas.

Gina Navarro Vargas es administradora.