La realidad es mucho más que sucesos. Factfulness, traducido al español como La realidad de los hechos, libro del médico sueco Hans Rosling, contiene argumentos estadísticos sólidos para contrarrestar el pesimismo que sienten algunos, y a la vez invita a desarrollar el hábito de pensar para eliminar la ansiedad de las reflexiones y enfocarnos en datos duros para formarnos una visión del mundo.
Rosling argumenta que, al basarnos en datos duros y ciertos para tener criterio, continuamente ejercitamos nuestra forma de pensar, lo cual nos ayuda a mirar y actuar de modo diferente, ya que el mundo no es tan dramático como el instinto puede guiarnos a pensar que es.
En esencia, plantea ver cómo el mundo es realmente, yendo más allá de las noticias de sucesos del día y cómo esto contribuye a sentirnos más positivos, menos estresados y más esperanzados.
En mi caso, recibí lecciones de dos personas que tocaron mi vida. Cuando las conocí, estaban entradas en años: mi abuelo Antonio Scorza Varcasia y el de mi esposa, Óscar Gallegos Gurdián.
Ambos fueron sumamente trabajadores, supieron sortear lo que la vida les puso en el camino. Haber estado en Italia durante la Segunda Guerra Mundial, vivido la guerra civil del 48, así como perder seres queridos a temprana edad o tener que trabajar fuerte para costearse los estudios universitarios, los fue formando y arraigando fuertemente a sus familias y a las pequeñas alegrías que experimentan diariamente.
Tuvieron en común el haber pasado por experiencias duras, las cuales les permitieron tener una perspectiva del mundo mucho más optimista.
Hace unos días, un buen amigo definió cultura como “lo que hacemos todos todos los días”. Si la cultura es amanecer criticando lo que está saliendo mal en el mundo, y especialmente en nuestra sociedad, se forja una predisposición a truncar el potencial de cada día.
En cambio, si desde que amanece buscamos los pequeños triunfos, saludamos con cordialidad al prójimo, arrancamos positivamente y nos basamos en evidencia “dura” para tomar decisiones, las cosas saldrán mejor.
Empezando el 2022, después de años muy difíciles, los invito a separar el grano de la paja y a darse cuenta de que Costa Rica posee tasas de mortalidad infantil del primer mundo, el ingreso per cápita se multiplicó muchas veces de 1940 a la fecha, la democracia es sólida, durante 70 años ha habido elecciones consecutivas e ininterrumpidas y el acceso a la salud ha duplicado nuestra expectativa de vida en los últimos 80 años. Tenemos, asimismo, material humano no solo para ser exitosos, sino también para serlo de forma ética.
Quisiera pensar que como costarricenses sabremos discernir y elegir a quienes, basados en evidencia, valoran dónde estamos como país y parten de ahí para ofrecer propuestas concretas con el objetivo de construir un futuro esperanzador, que beneficie al mayor número de nosotros.
sergio.gutierrez@3volpi.com
El autor es ingeniero.