¿Se considera usted una persona curiosa, competitiva, de fácil aprendizaje o talentosa? ¿Cuenta con una o varias áreas de conocimiento humano gracias a las cuales sobresale más de lo normal? Si es así, podría ser considerada con alto potencial. Sin embargo, serlo no es garantía de éxito presente o futuro, lo cual genera pérdidas de talento y oportunidades.
Hay gente que demuestra un nivel de aptitudes sobresalientes, es decir, una capacidad excepcional para razonar y aprender o un nivel de competencia particular, lo cual genera que su rendimiento la situé en el 10 % superior o por encima de la media respecto al grupo normativo en uno o más dominios.
Cuando se habla de dominio, se refiere a áreas en las que destacan, como la música, el deporte, académicamente, el liderazgo, en ciencias, matemáticas y tecnología, entre otras.
Cuando alguien se distingue en algunas de las áreas mencionadas, son expresadas como competencias blandas, a las que se le conoce como fortalezas del corazón, como perseverancia, motivación, tolerancia a la frustración, disciplina, etc.
Algunas características generales de estas personas con grandes capacidades son un ritmo de aprendizaje más rápido, muy buena memoria, vocabulario inusualmente amplio.
Les gusta resolver problemas numéricos, rompecabezas, acertijos; suelen ser precoces para leer y escribir. En su mayoría, son autodidactas. Suelen ser muy sensibles emocionalmente, expresar preocupación por asuntos sociales, políticos y las injusticias.
En general, quienes poseen extraordinarias capacidades tienen la posibilidad de aportar valor agregado a la sociedad a través de su conocimiento o sus aptitudes; sin embargo, su detección en Costa Rica sigue siendo endeble, lo cual es preocupante, debido a que si no se cultivan y se potencian correctamente estas habilidades es posible que se erosionen o pierdan con el tiempo.
Por consiguiente, la detección temprana de personas altamente capaces es una de las llaves necesarias para promover el desarrollo y la innovación en el país, lo cual correctamente dirigido propicia un aumento en la calidad de vida de la población.
Por ello, la detección del potencial desde la temprana infancia, a partir de los seis años, debe convertirse en una de las prioridades del sistema educativo. ¿Qué estamos haciendo como sociedad para aprovechar el talento mañana?
La autora es psicóloga y mentora de estudiantes con altas capacidades.