San José-San Ramón: ni concesión ni préstamo

Debemos pensar ahora en cómo financiar tan importante obra

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Nadie duda de la necesidad de reconstruir, mejorar, ampliar y luego mantener la carretera entre San José y San Ramón. Hace casi 20 años nuestros gobernantes tomaron la decisión de concesionarla, con el argumento de que el Estado costarricense no tenía los recursos económicos para eso, de tal forma que fueran los usuarios de esa carretera quienes a través de peajes pagaran por esta.

La adjudicación inicial de esa concesión fue por un monto razonable. Lamentablemente la concesionaria, en lugar de iniciar operaciones, se sentó a “engordar” el contrato hasta venderlo con la complicidad de los gobernantes de turno.

La renegociación del monto de esa concesión, realizada en la penumbra por este Gobierno del PLN, hizo que una abrumadora mayoría de costarricenses iniciáramos desde diferentes trincheras una lucha patriótica en contra de eso que se llamó un “robo a mano armada” en contra del pueblo y especialmente en contra de todos los habitantes de Occidente. Luego de varios “tira y encoge”, finalmente el Gobierno comprendió que era inviable seguir adelante con su pretensión.

En vista de que ya pasamos la página de esa “chori-concesión”, debemos pensar ahora en cómo financiar tan importante obra. Algunos han dicho, con sobrada razón, que no la podemos financiar con fondos del presupuesto nacional. Otros, que debemos obtener un préstamo para eso y sacar a licitación la construcción (como se está haciendo con la carretera entre Cañas y Liberia), o que debemos reorientar algunas líneas de crédito que tenemos aprobadas ya por organismos financieros internacionales y, con esos recursos, sacar a licitación el mejoramiento, reconstrucción y ampliación de esa carretera.

Obviamente, si nos endeudamos, debemos considerar cómo vamos a pagar ese préstamo y al mismo tiempo darle el mantenimiento a tan importante vía. Si es por medio del presupuesto nacional, nos topamos con el desequilibrio en las finanzas públicas. Si es con peajes, estos no serán bajos.

¿Hay otra opción de acceder a recursos económicos sin necesidad de recurrir a la concesión o a un préstamo, y que podamos utilizar de inmediato? Mi respuesta es ¡Sí!, y la propuesta es la siguiente:

k1- Que el Poder Ejecutivo emita una directriz a la Junta Directiva del INS, que es una empresa de todos los costarricenses, para que desista de su intención de utilizar este año $300 millones de utilidades acumuladas (no reservas técnicas) en la aventura empresarial de comprar una empresa aseguradora en Centroamérica, lejos del brazo fiscalizador de la Contraloría General de la República o de la Superintendencia de Seguros.

k2- Que se tramite en la Asamblea Legislativa, en forma acelerada, un proyecto de ley para sacar del patrimonio del INS esas utilidades no distribuidas. Ese dinero deberá trasladarse a un Fideicomiso, el cual se encargará de sacar a licitación la construcción de esa carretera en diferentes secciones, a varios contratistas, para que se concluya la construcción en el menor plazo posible. El Fideicomiso no podrá utilizar más del 5% de ese monto para la elaboración de los carteles y otros gastos administrativos. Ya le he solicitado a diputados de la bancada del partido Movimiento Libertario que presenten dicho proyecto a la corriente legislativa.

k3- Que se fije un valor razonable de peajes únicamente para darle mantenimiento a esa carretera.

Indudablemente la utilización de esos $300 millones de utilidades no distribuidas del INS para la construcción de la carretera entre San José y San Ramón, es, por mucho, un mejor uso social de recursos que son de todos los costarricenses. Antes de arriesgar fondos nuestros en una aventura empresarial fuera de nuestras fronteras, ¿por qué no los invertimos en esa carretera que nos beneficiará a todos y, especialmente, a los cientos de miles de costarricenses que tienen relación directa con esa carretera?