Riesgos del mercado internacional

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Desde 1848, con el establecimiento del Chicago Board of Trade y el posterior desarrollo de otras bolsas, los mercados de futuros permiten manejar los riesgos de precio a compradores y vendedores de productos agrícolas como el café, el azúcar, cacao, trigo, maíz, soya, algodón, arroz y carne, entre otros.

Entre 1978 y 1983 se iniciaron las transacciones de futuros de petróleo, diésel y gasolina. Posteriormente, en 1990, el gas natural y, en 1996, la electricidad. Hoy en día, los futuros y opciones de energéticos son algunos de los productos de mayor negociación en este tipo de bolsas, equivalentes a coberturas de millones de galones diariamente.

Estos instrumentos les permiten a los consumidores de esos productos, como empresas de transporte, electricidad, industriales y comerciales, protegerse contra las alzas en los precios internaciones, beneficiando al consumidor final.

En Costa Rica, desafortunadamente, casi no se utilizan estas coberturas y no hay incentivo para utilizarlas, pues la legislación actual y la normativa de la Aresep permiten que cualquier aumento en los precios internaciones se le traslade al usuario de servicios eléctricos, transporte público, etc. Más bien, según se comenta, ha habido reparos de la Contraloría para que se utilicen, pues, paradójicamente y por desconocimiento, algunos no los ven como un seguro, sino como un riesgo para la Administración Publica. Es necesario hacer conciencia de la existencia de estas formas modernas de manejar los riesgos de precios alrededor del mundo ya desde hace décadas.

Riesgos financieros. En 1975 y en los años subsiguientes se introdujeron en las bolsas de futuros, los futuros y opciones de bonos del Tesoro en sus diferentes plazos, desde los fondos federales overnight hasta los bonos de 30 años, pasando por las notas de 2, 3, 5 y 10 años, todo lo cual permite a las instituciones financieras y tesorerías corporativas ajustar la curva de rendimientos en una forma instantánea.

En muchos países latinoamericanos y de otras regiones, los Gobiernos han estandarizado los plazos y creado las condiciones para el desarrollo de un mercado de futuros de sus títulos gubernamentales y, consecuentemente, de las tasas de interés locales, todo lo cual permite que las empresas y entidades financieras puedan manejar sus riesgos de tasas de interés a nivel nacional.

Mención especial merecen los futuros y opciones de eurodólares. Los eurodólares son los depósitos de dólares en bancos comerciales fuera de Estados Unidos y sus futuros reflejan la expectativa de las tasas de interés a 3 meses, particularmente la tasa Libor, en cualquier trimestre de los próximos 10 años. Esto permite realizar coberturas de tasas de hipotecas y de otros préstamos de largo plazo, así como de carteras bancarias de estos, con gran flexibilidad y con la posibilidad de ajustarlas en fracciones de segundo. El volumen diario de futuros y opciones de eurodólares varía entre $2 billones (millones de millones) y $6 billones.

Sin embargo, la mayoría de los bancos pequeños y medianos, así como las instituciones públicas en Costa Rica, prefieren realizar sus coberturas mediante swaps (permutas), que son operaciones realizadas fuera de bolsa, entre dos contrapartes, lo cual conlleva un riesgo de contraparte, y su salida o cierre anticipado implica dificultades y costos.

Cabe agregar que la Comisión Federal de Futuros de Estados Unidos considera que los swaps no regulados anteriormente estuvieron en el centro de las crisis financiera del 2008. Ahora, con la ley conocida como Dodd Frank , la mayoría de los swaps deberán negociarse en plataformas abiertas y liquidarse en contrapartes centralizadas. Inclusive, existen futuros de swaps que, recientemente, están teniendo una buena acogida. Es entendible que, en muchas empresas y bancos pequeños, no exista la capacidad profesional para hacer operaciones directamente en bolsa, pero, indiscutiblemente, los futuros y opciones de eurodólares son los instrumentos más utilizados alrededor del mundo como cobertura de tasas de interés relacionadas con la tasa Libor.

Sería de gran beneficio para los deudores de operaciones en dólares en Costa Rica que las instituciones financieras les ofrecieran a sus clientes este tipo de coberturas, incorporando su costo dentro de la formalización, de la misma forma que incluyen un cargo por seguro de vida, sobre todo tomando en cuenta que las carteras hipotecarias de los bancos ascienden a varios miles de millones de dólares. Esto reduciría el riesgo de tasas de interés, dejando únicamente el riesgo cambiario, para el cual se ofrecen actualmente coberturas en algunos bancos en forma de forwards .

Conclusiones. Durante los últimos años, las tasas de interés internacionales han estado a niveles históricamente bajos, pero esa extraordinaria situación va a cambiar en los próximos meses y años, y, de ahí, la importancia de manejar este tipo de riesgo con los instrumentos disponibles en los mercados internacionales de futuros y opciones. Esto es especialmente importante para las instituciones financieras y empresas públicas de Costa Rica y del mundo en general. En ese sentido, sería menos costoso y más flexible utilizar directamente los instrumentos de las bolsas internaciones y no tanto los acuerdos entre dos contrapartes (permutas), pues son más costosos y han sido hasta ahora menos transparentes.

En el caso de los energéticos, es importante para el país que existan políticas públicas para la utilización de coberturas de los precios internacionales, como sucede alrededor del mundo, sin que los aumentos de los precios internacionales se les trasladen, en su totalidad, a los consumidores y a las empresas.

El manejo de riesgos, a través de futuros y opciones de precios de productos agrícolas, energéticos, metales, índices bursátiles, monedas y tasas de interés, ha sido parte del desarrollo financiero desde hace décadas y continuamente se incorporan nuevos productos en las bolsas internacionales.

Al mismo tiempo, mercados emergentes como Brasil, México, Colombia y Chile desarrollan sus mercados locales de futuros con las monedas y los títulos de gobierno de cada país, lo cual facilita el manejo de los riesgos de las tasas de interés locales. Esto les permite, a su vez, tener una mejor medida de las expectativas y facilita el descubrimiento de precios.

Esperamos que las autoridades, reguladores y empresas locales de Costa Rica tomen conciencia de la forma en que se manejan los riesgos a nivel internacional, algo que los cafetaleros y azucareros nacionales conocen desde hace mucho tiempo, y la incorporen en sus políticas. Con todo esto, las empresas, instituciones financieras y consumidores podrían manejar mejor sus riesgos, al tiempo que se benefician de las ventajas del comercio internacional de bienes y servicios.