Rescatar a los niños de OnlyFans

La plataforma transmite un mensaje a la juventud sobre la cultura del momento: todo se vale por dinero

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Una de las funciones fundamentales de los padres, las escuelas y las comunidades es la transmisión de la cultura a la niñez. Si se descuida esta gran labor, la juventud cómodamente absorberá el contenido al que tiene acceso en pantallas.

La plataforma digital OnlyFans ha sido noticia en el país no para valorar su aporte a la cultura general, sino por la posibilidad de estar incluida en una lista de servicios transfronterizos que deben pagar el 13 % del impuesto sobre el valor agregado (IVA).

OnlyFans es más que una simple red social; es un servicio de contenido principalmente para adultos, en la cual los creadores pueden ganar dinero de los fans suscritos.

En esencia, vende material erótico. Es el proxeneta moderno. Transmite un mensaje a la juventud sobre la cultura del momento: todo se vale por dinero, el dinero y la fama son el pináculo del éxito y obtener grandes cantidades de dinero es fácil y rápido.

El médico Leonard Sax, autor de The Collapse of Parenting, ve este fenómeno a diario en su consulta de medicina familiar, especialmente en las niñas. Basta con preguntarles qué quieren ser cuando crezcan y la mayoría responde estrellas de TikTok o YouTube.

Muchas de estas, como Charlie D’Amelio, las Kardashian y Jojo Siwa, son famosas solo por ser famosas, y lo alarmante es que son el modelo para las niñas.

La educadora estadounidense Gloria DeGaetano, autora de Parenting Well in a Media Age, recomienda a los padres cinco pilares prioritarios para contrarrestar la exposición a la cultura de la pantalla: desarrollar vínculos afectuosos, cultivar una vida interior, nutrir las habilidades para producir imágenes propias, generar un propósito a través de la expresión creativa y contribuir al bienestar de la familia, la comunidad, la sociedad y la cultura.

A medida que se practican y se modela la incorporación de los cinco aspectos en la vida diaria, se genera una cultura más humana.

Los individuos forman parte de comunidades que también tienen una función determinante en la transmisión cultural. El líder empresarial Robert Quinn usa el término comunidades productivas para describir grupos compuestos por adultos que departen y cuidan a los jóvenes.

Las escuelas deben convertirse en el epicentro de este tejido social y cultural, proporcionado espacios para desarrollar estos lazos. Una comunidad proactiva y entretejida puede fomentar el cuidado de los vínculos humanos, inspirar a los participantes a desarrollar su potencial, ofrecer un espacio multigeneracional para la interacción, infundir el valor de tomar medidas contra la injusticia y cultivar el bienestar.

Cuidar la cultura que heredan las futuras generaciones es un esfuerzo de todos sus miembros. «Todavía tenemos que respetar a los antepasados y ser fieles a las tradiciones, pero ahora tenemos que hacer algo que nunca hemos tenido que hacer antes, debemos tener reverencia por nuestros descendientes también», afirma Jim Dator, profesor en la Universidad de Hawái.

msteuber@famcr.com

La autora es consultora educativa.